DESDE LOS HIMALAYAS 299
Jesús era uno de esos amigos relajados, de trato sencillo, y aunque un poco serio, también era divertido a su manera. Era un gran ser humano, y lo mostraba sobre todo a través de pequeños pero significativos gestos.
Lo conocía desde antes de tener ABZ, cuando solo eran Distribución Dinámica; desde ahí empezamos a tratarnos, y aunque no nos veíamos mucho, siempre era un gusto verlo, porque era de esas personas genuinas que siempre te recibían con un saludo sincero; con él, las pláticas que surgían eran de calidad, y de contarnos algunas anécdotas.
Si les soy sincero, hay algo que nunca le dije a Jesús, y eso es que cuando iba a empezar su revista, ABZ Turístico, dudaba que le iría bien, y eso era porque en el mercado había otras revistas, sin embargo, la que Jesús proponía tenía una mejor calidad, era muy bonita y distinta a las que había, y por ende, era un poco más costosa, por ello es que pensé que quizá no tendría éxito, pero siempre en mi pensamiento estaba el ‘ojalá que le vaya bien’…. Y así fue.
Gracias a ABZ compartimos varios momentos y anécdotas, como cuando en el marco de una edición de Gala me lo encontré en el hotel; ambos estábamos haciendo fila y ahí me platicó que él y Poncho habían llegado ¡en bicicleta!, y al parecer, quería repetirlo, porque me invitó a hacer lo mismo y pues ya sabrán mí respuesta, le dije que gracias, pero que no podría hacerlo.
También tengo muy presentes dos recuerdos en particular, en los que sin duda, me mostraron la gran persona que era. El primero de ellos es un recuerdo de un Cancún Travel Mart de 2016.
Todos sabemos que este es un encuentro de negocios, pero también lo es de camaradería, donde nos encontramos y coincidimos en diversos momentos, y en ese año, coincidí con Jesús en un cóctel. Al llegar, él ya estaba ahí, haciendo su chamba y tomando fotos de los asistentes; siendo sincero, no quise saludarlo en ese momento para no interrumpirlo y distraerlo, sin embargo, me di cuenta que me vio, así que hizo una pausa en su trabajo y se tomó un momento para acercarse a saludarme, y además, me dio unas palabras por el reciente fallecimiento de mi papá. Ese detalle me conmovió mucho, porque reflejaba su empatía y amabilidad.
El segundo recuerdo viene de una ocasión en que fuimos a desayunar. Jesús, Fabi y Poncho vinieron a la oficina para presentarme su aplicación y platicar sobre pautas, y luego de ello nos fuimos a desayunar unos tacos de carnitas muy buenos que están cerca de la oficina, y al salir, me dijo: ‘vamos en mi coche’. Esa iba a ser la primera vez que me iba a subir a un Audi y se lo dije, así que no solo me invitó a subir, sino que me ofreció el asiento delantero. Fue un gesto sencillo, pero que dejó claro lo atento y considerado que siempre era.
Querido Jesús, te extrañamos mucho; extrañamos esas ganas que tenías de vivir, de comerte el mundo, de andar de un lugar a otro. Te extrañamos por esas y por muchas otras razones, así que te envío un fuerte abrazo hasta los Himalayas.
José Mendieta
Gerente General
Promoser