DESDE LOS HIMALAYAS 277
UN AMIGO SE CONOCE VIAJANDO
Hace unos meses viajé nuevamente a Nevada, EE.UU., un lugar increíble y fascinante que conocimos juntos, y si te soy sincero, fue una emoción agridulce volver, porque en esta ocasión fue sin ti. Y aunque físicamente no estuviste, tu presencia espiritual me acompañó en cada momento, en cada lugar, y sobre todo, en cada uno de esos sitios que exploramos juntos.
Recordé aquellas pláticas de interés mutuo que nos llevaban a reflexionar lo importante que es vivir el ahora, y aunque suene muy cliché, a aprovechar cada momento y no dejar pasar tiempo para ir por cada sueño o cosa que anhelas hacer.
En este viaje me reencontré conmigo mismo, pero a la vez, recordaba a mi amigo, ese que tenía los consejos más atinados en cada situación, el que sabía escuchar atentamente y reír intensamente, el que nos sorprendía con datos históricos y curiosos que enriquecían cada conversación, y claro, el que tenía el mejor ojo para capturar momentos, a la gente, y sobre todo, los paisajes, porque sacabas lo mejor de un espacio en una fotografía… pero también sacabas la mejor faceta de cada persona que llegaba a conocerte.
Si te soy sincero, extrañé aquellas risas de todo lo que nos ocurría y me hiciste recordar que la vida es un instante. Corroboré lo que siempre repetíamos: “debemos vivir hoy, porque no sabemos si mañana estemos en este mundo” Lamentablemente entendí con tu partida que es verdad.
Ahora ya no estás aquí físicamente, pero ten por seguro que permaneces en mi corazón, porque dejaste una huella en mi vida que siempre estará presente.
Algo más que he aprendido gracias a ti, es que una de las mejores cosas de viajar con alguien y descubrir un sinfín de lugares, compartir momentos y expresiones de lo desconocido, es que es ahí donde conoces a los verdaderos amigos.
Nos quedaron algunos viajes pendientes que concretaremos en la siguiente vida, pero te adelanto que hay otros de ellos que llevaremos a cabo en tu honor, porque te conocemos y sabemos que nos hubieras dicho que no dejáramos pasar la oportunidad de vivir esas experiencias solo porque no estás aquí. Es algo más que hay que reconocerte, ese gran legado y pasión por lo que hacías y que contagiaste a mí y a muchos más.
Siempre recordaré ese último abrazo unas semanas antes de tu partida donde te dije ¡buen viaje!, así que hasta pronto amigo.
Daniel López
Líder comercial de la región Jalisco de Volaris