RENO TAHOE: un destino Volaris
Visitar Nevada siempre es una historia agradable por contar, y es que tiene para los viajeros miles de opciones para hacer de su estancia la más divertida, tranquila y llena de adrenalina. En esta ocasión les contaremos sobre Reno Tahoe ¡la pequeña ciudad más grande del mundo!, a la cual llegamos gracias a Volaris, a quien agradecemos esta hermosa experiencia.
El vuelo a Reno dura alrededor de cuatro horas y media; se puede viajar de forma directa desde Guadalajara.
CÁLIDO Y ENTRETENIDO
La manera en que fuimos recibidos fue como abrazar a un viejo amigo, tan especial y con novedades emocionante por compartir.
Nos hospedamos en Grand Sierra Resort & Casino, una propiedad impresionante con increíbles suites de lujo, spa, piscinas; en el caso de su oferta de entretenimiento cuenta con un teatro, club nocturno, bar deportivo, cine y ¡hasta una arena para conciertos!, y por supuesto su imponente casino.
Después de familiarizarnos con nuestro hotel anfitrión, fue turno de explorar un poco de la ciudad a través de un city tour por algunas de las calles más importantes y tradicionales de Reno.
ELEGANTEMENTE AZUL
Muchos habrán escuchado sobre el Lago Tahoe, y podemos constatar que las fotos no mienten, ¡es bellísimo! Se localiza a tan solo 40 minutos desde el centro de la ciudad y es un spot único que definitivamente tiene que estar en el itinerario de los viajeros que se hospedan en Reno.
Al momento de llegar, fuimos sorprendidos por nuestros anfitriones, ya que nos invitaron a hacer el recorrido ¡en bicicletas eléctricas!, y tenemos que decirles que pedalear nunca había sido tan sencillo, era como andar entre las nubes, ya que la bici parecía que tenía vida propia.
Durante el camino nos quedamos muy sorprendidos por la belleza natural que se materializaba ante nuestros ojos.
¡La panorámica era espectacular! Una imagen que nos dio otra muestra de lo que puede presenciar el cliente cuando viaja a este lado de Nevada, donde la naturaleza exuberante y maravillosa nos invita a pasar la tarde entre sus pinos o nadando en el lago.
LA POSTAL
A nuestro regreso a la ciudad, fuimos a Calafuria, un restaurante italiano ¡delicioso!, porque en Reno también se come muy bien. Más tarde, nos fuimos a uno de los puntos más fotografiados, ¡el arco con las letras de Reno!, en donde por supuesto posamos para la foto del recuerdo.
Un dato interesante de este lugar es que el arco es renovado, ya que el original fue construido en 1926.
RECUERDOS PARA EL CORAZÓN
Uno de los eventos emblemáticos es la Gran Carrera de Globos de Reno, la cual tenemos que confesarles que al principio el nerviosismo de volar a kilómetros de altura en una pequeña canasta provocaba demasiada insertidumbre, pero una vez que comienzas a elevarte, el temor desaparece.
Este espectáculo de globos aerostáticos tiene 41 años de existencia; en un inicio solo eran 20 globos, ¡y ahora son 100! Se lleva a cabo en los primeros días de septiembre y es un evento completamente familiar.
Lo primero que vez al llegar al Parque Regional Rancho San Rafael (lugar sede) es un divertido juego de luces con los globos, pues parece que bailan al son de la música.
Después es la hora de ponerse el disfraz de valiente y subirse al gran globo; el nerviosismo es normal, y una vez que lo vences y te asomas a ver el paisaje, se desvanece. Comienzas a fascinarte con lo cerca o lejos que se ven los globos, en ese momento una sensación de tranquilidad y paz llena tu cuerpo.
Al momento de descender, nuestro piloto buscó el lugar adecuado para aterrizar, y al alcance estuvo ¡una escuela! Lo que nos volvió el centro de atención de los estudiantes. ¡Sin duda una anécdota que habrán contado en su regreso a casa!
Desde que subimos y hasta que bajamos del globo, el trayecto fue una vivencia fenomenal, tal como lo es el destino.
Durante los días que pasamos aquí, comprobamos que hay mucho por explorar, fotografiar, degustar, entre otros verbos; visitarlo puede hacerse en solitario, con familia o amigos, desde aventurarse en diversas actividades al aire libre, adentrarse en la interesante ciudad o acudir a divertidos eventos o festivales.
De esta manera nos despedimos de Reno Tahoe, que al igual que un viejo amigo nos ha llenado de nuevas historias y las ganas de volvernos a ver pronto.