Desde Los Himalayas
Jesús Romero tenía un propósito muy claro, y todos los que fuimos testigos de la ilusión y obsesión que tenía por ese sueño sabíamos que tarde o temprano lo lograría, por más increíble que pareciera, por más “loco”, por más asombroso, por más impactante, por más ilógico, por más imposible o por más irreal.
Después de todo, ya nos había dado muchas muestras de “su rareza”, cuando así sin más, simplemente un día tomó su bicicleta y decidió recorrer trecientos treinta kilómetros desde Guadalajara hasta Puerto Vallarta para llegar directamente al cóctel de inauguración de Gala Vallarta 2017.
O cuando decidió que caminaría aproximadamente mil cien kilómetros desde Francia hasta Finisterre (España), durante más de un mes, sin parar ni un solo día para recorrer el Camino de Santiago y llegar finalmente a Santiago de Compostela.
Bueno, tengo que hacer una corrección, sí se detuvo, pero lo hizo porque recorrer más de mil kilómetros seguramente le pareció poco y decidió “poner en pausa” el Camino de Santiago para volar a Noruega al Maratón del Sol de Medianoche en Tromsø, porque correr de noche con el sol brillando, definitivamente era algo que él tenía que hacer, para después de terminarlo, descansar una noche y regresar a su buen camino peregrino.
También ya acostumbrados a sus muy originales y extremas actividades deportivas, no nos sorprendió a quienes nos compartió que para celebrar su cumpleaños número 50, en marzo pasado, ¡correría cincuenta kilómetros, uno por cada año cumplido!, qué bueno que no decidió correr un kilómetro por cada idea loca que se le ocurría, porque si no ¡sería el segundo Forrest Gump de la historia!
Además de todo lo anterior, Jesús también tenía la capacidad de multiplicarse para siempre estar presente en la vida de sus chiquillos y nunca faltar en los momentos más importantes de cada uno.
Nunca supe cómo lo hacía, pero sin importar cualquier viaje, compromiso, reunión, etc., él siempre se las ingenió para que sus hijos invariablemente vieran a su papá en primera fila, como el fan número 1, con cámara en mano y capturando en innumerables imágenes a cada uno de ellos, para después presumirlos a todos, en cada oportunidad que se le presentara.
Pero aun así, con las mil y un maneras que él tenía de demostrar el amor incondicional que sentía por su pequeña gran familia, también nosotros sabíamos que era el hombre más necio, determinado, valiente, intrépido, arriesgado, aventurero y decidido del planeta, y que cuando una idea se le metía en la cabeza, no había manera de cambiar eso. Y menos cuando desde siempre nos iba dando “probaditas” de que lento pero seguro, se iba acercando al momento de cumplir su sueño.
Obviamente, mentalizándonos cada que podía con la historia de su plan, el cual iniciaba llegando a “Nepal, el tranquilo Nepal”, (mientras lo decía con la voz de Charlie Proctor de Monsters Inc, en una de esas escenas que no son icónicas para nadie, excepto para él), viendo además todos los documentales que se puedan imaginar que existen en Netflix, HBO y Amazon en los que las palabras clave fueran: alpinismo, Everest, Himalayas o escalar, alistándose de poco en poco con botas de montaña y ropa especial para climas bajo cero, comprando sus piolets para montaña ¡y claro!, entrenándose de todas las formas posibles para tener cada vez mayor y mejor resistencia.
Así que todos sabíamos que en algún momento, simplemente llegaría el día, ése en el que sencillamente se despediría “a su manera”, así, sin querer despedirse porque no le gustaba ser el centro de atención y mucho menos “preocupar” o hacer sufrir a los suyos, y emprendería el camino más importante de su vida: Los Himalayas.
¡Buen viaje mi amor, buen viaje al mejor destino de tu vida!
Fabiola Campos Campos
Directora Comercial