EL SALVADOR, LA CAPITAL DEL SURF
Existen una diversidad de paraísos naturales por todo el mundo donde la fauna y flora viven en armonía con la modernidad de la ciudad, uno de estos lugares lleno de verde follaje es El Salvador y gracias al hermanamiento entre Volaris y El Salvador es posible viajar a este destino con mayor facilidad.
Nuestros anfitriones en esta ocasión fue el Ministerio de Turismo (MITUR), que en coordinación con la Corporación Salvadoreña de Turismo (CORSATUR) se encargaron de mostrarnos los atractivos y actividades que se pueden hacer en este pequeño país centroamericano conocido como “el pulgarcito de América” por ser el país más pequeño del continente americano, sin embargo, la extensión de su territorio no es impedimento para disfrutar grandes experiencias y quedar cautivados con su sinfín de atractivos que enamoran al momento de pisar sus tierras.
¡QUE CHIVO!
Visitar el Centro Histórico de San Salvador es como viajar a la época de oro; su arquitectura colonial y diversas plazas te invitan a realizar largos paseos. Hay algunos sitios que tienes que incluir en el itinerario, ya que son claves para sumergirte en su historia.
Uno de ellos es la Iglesia del Rosario, construida en 1962 con un estilo moderno, de forma oval y sin columnas, como si fuera un hangar.
La Catedral Metropolitana del Divino Salvador del Mundo es otro punto importante, aquí se encuentra el mausoleo del santo y mártir Óscar Romero, conocido como monseñor Romero quien era un fiel defensor de los derechos humanos.
El Palacio Nacional te sorprenderá, fue construido en 1866 y es el primer edificio de la República, ¡un tesoro histórico! Y hablando de joyas arquitectónicas, el Teatro Nacional es también una construcción emblemática que presume detalles neoclásicos, neogóticos, renacentistas y fue designado Monumento Nacional.
Además de edificaciones llenas de tradición, los viajeros pueden encontrar en el Centro Histórico sabores clásicos, como las famosas “pupusas” que solo las encuentras en la mañana o por la noche; son elaboradas con masa de maíz o arroz y pueden estar rellenas con diferentes guisos. En México podríamos compararlas con las gorditas.
Otro platillo típico es la yuca frita, un tubérculo que se consume más como botana o para acompañar la mariscada salvadoreña, arroz negro u otros alimentos.
Los cimientos de la historia
El Salvador cuenta con cinco zonas arqueológicas: la Joya de Cerén, también conocida como la Pompeya de América, se encuentra en el departamento La Libertad y es un ícono de la cultura prehispánica donde puede apreciarse cómo era la vida de los mayas hace más de mil 500 años; otra zona ubicada en esta misma región es San Andrés, uno de los centros prehispánicos más grandes del país, que cuenta con una gran plaza, casas e incluso una pirámide en forma de campana.
El parque arqueológico Casa Blanca en Santa Ana; tiene en su territorio un centro ceremonial prehispánico con diversos montículos y estructuras que crean una atmósfera llena de misticismo. En este departamento también se encuentra el parque arqueológico Tazumal donde es posible recorrer algunas estructuras mayas, como templos y una cancha de pelota.
Y Cihuatán, ubicado en la capital salvadoreña, tiene pirámides, senderos y un museo en el que se exhiben los hallazgos arqueológicos del lugar.
¿Apoco no estaría “chivo” conocerlos?
Tierra de colosos
Este destino es especial para quienes disfrutan de actividades al aire libre, tiene lugares que te dejarán con la boca abierta y ganas de seguir explorando.
El Salvador tiene en su territorio 23 volcanes, de los cuales 14 están activos ¡son un “cachimbo”!
Una de las mejores experiencias será subir a alguno de ellos y la mejor manera de acceder es a través de Parques Nacionales como Los Volcanes.
Ahí se pueden observar tres colosos, el Ilamatepec, también llamado Santa Ana que tiene una altitud de 2 mil 381 metros sobre el nivel del mar y en su cráter se puede observar una laguna con agua de color esmeralda debido a su alta concentración de azufre; el volcán Cerro Verde y el Volcán de Izalco, este último era llamado “El Faro del Pacífico” debido a que servía de guía en las noches a los barcos que navegaban por las costas salvadoreñas.
Otro de los Parques Nacionales es El Boquerón. El recorrido te regala hermosos paisajes verdes, y una que otra sorpresa al toparte con su fauna silvestre. Además, puedes encontrar ¡un cráter dentro de otro cráter!
El Salvador tiene tanta historia como misterio en cada uno de sus volcanes, ¡no pierdas la oportunidad de conocer este volcánico lugar!
¡A CHUÑA!
Para disfrutar de las playas salvadoreñas debemos estar a “chuña”, es decir, ¡descalzos! Este país tiene más de 45 playas para relajarse y practicar surf. Su clima tropical y ubicación permite que todo el año se pueda practicar este singular deporte, una de las razones por las que han empezado a adoptar el nombre de Surf City.
Los lugares idóneos para comenzar la vida de surfista son: El Zonte, que además de ofrecer perfectas olas para montar, tiene un paisaje vistoso con farallones y lenguas de roca, dos playas de arena negra volcánica y cuevas que podrían ser el escenario perfecto para una fotografía.
Sumando a esta travesía del surf, seguimos viendo azul por doquier, otro lugar predilecto es El Tunco, el cual es visitado por cientos de turistas apasionados de las olas. Su nombre proviene de una roca en forma de tunco, palabra salvadoreña para referirse a un “cerdo”.
La lista de spots es interminable, pero tampoco debe faltar El Sunzal, la playa en donde el surf fue practicado por primera vez en el país, volviéndose la favorita de locales y extranjeros.
Si quieres vivir la experiencia de montar una ola, no faltarán instructores que te enseñen o lugares para rentar una tabla. Los avistamientos de aves, tortugas marinas, mantarrayas y peces, son muy comunes, además no pueden perderse las vibrantes puestas de sol que este destino ofrece.
¡PÁSAME ÉSE VOLADO!
Una excelente forma de comenzar el día es con una buena taza de café. Y en este país se hace uno de los mejores, ya que sus prácticas agrícolas, sumado a su método artesanal de producción y la particularidad de sus suelos volcánicos hacen que el café salvadoreño sea diferente y único.
El Salvador tiene seis cordilleras de café: Alotepec-Metapán; El Bálsamo-Quezaltepec; Apaneca-Ilamatepec; Chichontepec, Tecapa-Chinameca y Cacahuatique, en donde se cultiva café arábica con variedades y selecciones comerciales como: Bourbon, Tekisic, Pacas, Pacamara, Catisic, Catuai Rojo y de éstas, el Bourbón y el Pacas abarcan la mayoría del área cafetalera del país.
Una manera de conocer más de este producto es realizar la Ruta de las Flores, la cual te llevará a visitar alguno de sus pueblos pintorescos como: Ahuachapán, Concepción de Ataco, Apaneca, Juayúa, Salcoatur y Nahuizalco.
En el recorrido no sólo vivirán la experiencia del café, sino que es un chapuzón a la historia y cultura de cada pueblo. Sus artesanías, galerías y gente maravillarán a los visitantes.
Toda la información que necesitas para viajar a El Salvador la encuentras aquí:
https://elsalvador.travel/
¡Volaris aterriza en El Salvador!
Para celebrar la apertura de la ruta Cancún-El Salvador, la Corporación Salvadoreña de Turismo (CORSATUR), Volaris El Salvador y el Ministerio de Turismo (MITUR), organizaron un FAM donde mayoristas, agentes de viajes y prensa conocimos algunos de los atractivos más destacados del país.
En nuestro viaje hicimos de todo. Subimos hasta el cráter del volcán Santa Ana, y al hacerlo nos vimos invadidos por una sensación inmensa de satisfacción al conquistar la cima, poder admirarlo y contemplar una postal que nos mostraba su riqueza natural en plenitud.
Qué decir de su gastronomía, desde antes de probar un bocado sabíamos que sería deliciosa, así que no dudamos en probar sus típicas pupusas recién hechas.
En esta travesía nos acompañó Daniel López, ejecutivo de distribución y desarrollo de mercados de Volaris y Raquel Meléndez, ejecutiva de distribución y desarrollo de mercados de Volaris El Salvador, dos de nuestros anfitriones que nos animaron a aprender a domar la ola en la Playa El Zonte.
Al hacer la Ruta de las Flores nos sentimos arropados por la calidez de su gente y sus pueblos, descubrimos la inmensa biodiversidad que tienen, incluso vimos de cerca monos araña en Puerto Barillas, para luego dirigirnos a una zona cafetalera donde nos mostraron el proceso para hacer aceite de cacao y degustamos una taza de café.
Nos despedimos de El Salvador con una gran sonrisa en el rostro por haber podido descubrir su territorio y gozado su hospitalidad. Solo nos queda decir ¡ya queremos regresar!