Navidad mágica en Disney
“ Todos nuestros sueños pueden convertirse en realidad si tenemos la valentía de perseguirlos”
– Walt Disney
Hay algo mágico en esta frase, y es que hay ocasiones en las que únicamente hace falta un poquito de voluntad y valentía para hacer realidad nuestros sueños, o por lo menos, así lo fue para mí.
Cuando hace muchos años armé en mi mente mi ‘Top Ten’ de lugares y/o destinos por conocer, había uno que especialmente me generaba una “necesidad” de querer vivir esa experiencia con las personas que más amo.
Jesús y yo compartimos esa imperiosa necesidad desde la primera vez que fuimos a Disneyland, cada uno en distintas fechas, y aunque no lo conocimos juntos, coincidíamos en que es un lugar lleno de magia y al que definitivamente teníamos que llevar a nuestra pequeña Sofía, porque estábamos seguros de que lo amaría desde el primer momento.
Haciendo un recuento de todas las veces que Jesús y yo visitamos Disneyland y Disney World por temas de trabajo, Sofía seguramente ha sido una de las niñas que más veces ha estado en el lugar más feliz de la tierra, porque cada que su papá o yo estábamos ahí y veíamos a Mickey, su personaje favorito y el protagonista de su fiesta de cumpleaños número tres, o alguna atracción o espectáculo de sus caricaturas y películas favoritas, automáticamente pensábamos en ella, en lo mucho que disfrutaría, en su enorme sonrisa y sorpresa. Durante nuestro viaje al regresar, no terminaban las videollamadas y pláticas de todo lo que habíamos visto, vivido y descubierto, ella se emocionaba igual o más que nosotros, así que por este y más motivos, Jesús y yo anhelábamos con el corazón poder ver sus ojos de alegría al vivirlo nuevamente, pero ella estando ahí de la mano de mamá y papá.
Una visita inesperada
Hace unas semanas, tuvimos (y digo tuvimos, porque sé que Jesús también vio cada detalle) la fortuna de ver cómo eso que soñábamos se hizo realidad, ¡nuestro pedacito por fin conoció Disneyland! Y si algo me queda claro, es que aunque son tiempos y circunstancias distintas, hicimos nuestro sueño realidad y los tres estuvimos ahí al mismo tiempo, porque así como Jesús y yo hicimos que Sofía viviera a través de nosotros lo que nos tocaba disfrutar en nuestros viajes de trabajo a Disney, ahora sabemos y estamos seguras de que él estuvo presente en todo momento, desde que animó a Sofía a subirse a Space Mountain (una de las atracciones favoritas de Jesús) después de que yo le había insistido durante un día y medio sin parar, y no lo lograba; de un momento a otro solo me dijo: ¡Mami, vamos a la atracción que le gustaba a mi papi! Y aunque yo veía en sus ojitos ese miedo que seguramente muchos sentimos al intentar algo nuevo que no sabemos cómo será, pero que al final de cuentas en teoría debe de ser divertido. Al mismo tiempo su expresión me decía que ella sabía que papá la estaba acompañando y solo por eso lo intentaría, así que en ese momento le platicaba lo mucho que su papá lo había disfrutado y las ganas que tenía de que ella lo viviera, ahí parecía surgir una magia invisible que la llenaba de valentía para vencer sus miedos, porque sabía que su papá era un aventurero y tenía las mejores recomendaciones.
Promesa pendiente
Estar ahí es como poner pause a lo ajetreado del día a día, y vivir por los días que estés ahí, en un entorno de absoluta magia y alegría. Afortunadamente, gracias a este maravilloso medio en el que trabajamos, me siento muy feliz de haber podido en 2022 conocer Disney desde otra perspectiva, porque fue de la mano de Jesús.
Justamente en ese viaje cuando todo conspiró para que ambos hiciéramos esa cobertura, Jesús y yo queríamos cubrir todos los pormenores de nuestro itinerario, y hubo un momento que quedó muy marcado para ambos.
Hacía unos meses atrás, se había inaugurado la atracción de Remy´s Ratatouille Adventure y al ser una de las películas favoritas que nos encantaba ver en familia, moríamos por conocerla. Cuando salimos de ahí, los fuegos artificiales acababan de iniciar y nosotros queríamos captar la mejor fotografía y video del momento, por lo que teníamos que correr prácticamente para encontrar la locación ideal para hacerlo, sin embargo, nos detuvimos momentáneamente porque vimos a Remy, la ratita protagonista de Ratatouille en el hombro de un visitante (obviamente era un peluche hermoso), y como en ese momento nuestra pequeñita era muy fan del largometraje, lo queríamos conseguir, pero nuestro compromiso con el trabajo ganó y decidimos buscar después ese peluche que sabíamos llenaría de felicidad a nuestra Sofi; pero al final no tuvimos suerte de encontrarlo y nos dijimos el uno al otro que no importaba, de cualquier manera, ese mismo año la llevaríamos ya a Disney.
Los sueños sí se hacen realidad
Por fin logramos cumplir la promesa que nos hicimos en 2022, cuando ambos nos empeñamos en que Sofía conociera Disneyland y el que probablemente será su lugar favorito durante muchos años más. Digo “logramos” porque como ya mencioné, sé que “padruno” (como le llama Sofía) estuvo presente en cada momento, desde la planeación y aún más durante nuestro viaje.
Esta fue la primera vez que nuestro Pedacito estuvo realmente en Disneyland California, y fue algo mágico y encantador, porque además nos tocó estar en la época favorita del año para ambas, ¡la Navidad! y en Disney, esta temporada está presente literalmente en cada rincón.
Érase una vez en Disney
Nuestra elección de hospedaje no podía ser otra que Disney’s Grand Californian Hotel & Spa, con instalaciones llenas de magia, habitaciones temáticas, la visita de personajes, y ni qué decir de sus restaurantes, que se esmeran con platillos dignos de una película de cuento de hadas, con sabores y presentación exquisita.
Nuestro asombro fue inmediato, ya que al ingresar al lobby ¡había un enorme árbol navideño! Las luces y guirnaldas decoraban cada parte del espacio, ¡haciéndonos sentir parte de nuestro propio cuento de Navidad! Se imaginarán el asombro de todos y esas caritas de ilusión que no solo era la de Sofi, sino de cada huésped, y me gusta pensar, que cada uno estaba haciendo realidad su sueño.
Vanguardia y comodidad
Si nuestro primer vistazo al hotel fue grandioso, ¡esperen a que les cuente el resto!
Una vez que llegamos a nuestra habitación, nos sorprendimos por la combinación de calidez y modernidad, ya que había murales pintados sobre las cabeceras, así como algunos dibujos en distintas áreas de la habitación; el toque vanguardista lo dieron con una TV inteligente de 55 pulgadas, cafeteras modernas y conexiones USB para cargar los dispositivos electrónicos.
¡1,2,3 por Mickey!
Tanto a Jesús como a mí, siempre nos habían comentado que Mickey está presente en todas partes, tanto en los hoteles como en los parques, encontrando pequeños detalles de la silueta del ratón más famoso en las barandillas, comida, escalones, murales, entre otros; algo que le contamos a Sofía y parece que no olvidó, ya que lo descubrió desde el primer momento de habernos instalado.
Fue algo muy curioso y casi imposible de creer, porque solo nuestro Pedacito pondría tanta atención a un mural dentro del baño en el que había dispersos y casi imperceptibles, algunas siluetas del ratón, por lo que en cuanto las vio, gritó “¡mamá, ahí está Mickey Mouse!” La incredulidad de mi parte fue tal, que ella fue por mí para tomarme de la mano y mostrarme algo que había pasado desapercibido ante mis ojos. ¿Ustedes también las han visto?
Descanso y diversión
Puedo adelantarles que hospedarnos en el Grand Californian Hotel ¡fue una gran elección! Como huésped, tuvimos grandes beneficios, el más destacado, el acceso temprano a los parques temáticos para que nuestro pedacito aprovechara cada segundo en Disneyland, Disney California Adventure Park y Downtown Disney District.
Además, el hotel cuenta con spa, piscinas temáticas, y restaurantes galardonados como el Napa Rose, con vinos selectos para tener una experiencia culinaria de alto nivel, o Storytellers Café, donde los desayunos ¡serán en compañía de algunos de los personajes de Disney!
Bienvenido a la tierra mágica
Si el árbol en el hotel nos había impresionado, ¡el árbol dentro de Disneyland nos dejó sin palabras! Sobre todo, cuando el sol empieza a ocultarse y una vez más, ¡la magia sucede! Hay una increíble ceremonia en la que todos los visitantes estamos invitados para ver como la música empieza a envolvernos en el espíritu navideño para posteriormente ser testigos de cómo se ilumina, es como si cientos de estrellas tomaran su lugar en este pino.
Estar en el parque es como andar por un paraíso invernal, algo que se ve hecho realidad con la ¡nevada en Downtown Disney District! Además, les tenemos que recomendar pasar por el Disney Festival of Holidays en Disney California Adventure Park, donde podrán saborear un verdadero festín gastronómico, con macarrones con queso sureños y ¡mucha música!
¡Y no se pueden perder A Christmas Fantasy Parade! El clásico desfile donde verán a personajes de películas como Frozen, Toy Story, Moana, Mickey y amigos, entre otros, bailando y escuchando canciones clásicas de las películas.
El espectáculo nocturno Believe…In Holiday Magic es otra joya que tienen que presenciar, ya que ilumina el cielo con impresionantes fuegos artificiales que hacen eco en el Castillo Invernal de La Bella Durmiente.
También, durante la tarde-noche, y si tienen un poco de suerte (que de seguro sí porque en eso Disney es experto), encontrarán a cantantes de villancicos que harán de su visita aún más especial y acogedora, con toda la atmósfera festiva latente en cada rincón, y lo mejor, es que esta magia se extiende ¡hasta el 07 de enero del 2024!
El tip que resolverá todo durante tu estancia
Disney Genie+ es la aplicación móvil oficial de Disney desde la cual podrás aprovechar al máximo tu experiencia dentro de los parques, y es que tienes acceso más rápido a algunas de tus atracciones favoritas ¡sin tener que hacer fila! Únicamente la “fila virtual” que te marcará el tiempo de espera y te recordará cuando debas acercarte.
Otras de las ventajas de utilizar esta app, es que ahí mismo puedes tener tu itinerario para los diferentes días, e incluso, algunas recomendaciones según tus preferencias. También cuenta con un “TIP Board” desde el que puedes pedir comida, hacer reservaciones para restaurantes, o ver tiempos de espera en las atracciones. ¡Desde ahí la magia se hace sentir!
La magia se esparce
Estar en Disneyland con Sofi fue como haber ido por primera vez, aunque ya conocía parte de las atracciones y había comentado con Jesús aquellas a las que iríamos con ella, se sintió como algo totalmente distinto.
¿Recuerdan esa ratita que les comenté al inicio? Llegó a nosotros en el momento que menos esperábamos, ya que entré a una tienda de Disney a comprar algo rápidamente, y al estar formadas en la fila para pagar, Sofía me preguntó que si le podía comprar un baby Yoda (para el hombro) y yo le dije que estaba bien. De repente me dijo, “no, mejor espera, voy a cambiar”, desapareció y regresó cuando ya estaba pagando, y sí, traía en su manita a Remy, y yo, otra vez sabía lo que eso significaba, Jesús estuvo todo el tiempo con nosotras.
Cuando regresamos a casa, le preguntaron a Sofía “¿cuál fue tu atracción favorita?” Y ella respondió: ¡Mi momento más feliz de Disney, fue cuando abracé a Mickey! Yo sé lo que ese abrazo representó para ella.
Y aunque en momentos distintos, todos tuvimos nuestro viaje juntos a Disney, antes, ahora, y en un futuro. Nunca dejemos de soñar, pero sobre todo, nunca dejemos de atesorar a esas personas especiales y esos momentos que vivimos con ellas, porque así, cuando ya no estén físicamente con nosotros, seguirán estando en cada uno de esos recuerdos y detalles, y saben qué, nos llenarán el alma de felicidad al recordarlo nuevamente.