DESDE LOS HIMALAYAS 284
La pregunta más frecuente que me hacen cuando me toca cubrir un evento es si soy nueva en ABZ, ya que no es muy frecuente que me vean asistiendo a ellos, pero en realidad, llevo más de tres años colaborando con este maravilloso equipo.
Tuve la fortuna de trabajar de la mano de Jesús por poco más de dos años; por ello, cuando me preguntan la razón por la que trabajo desde Puerto Vallarta, la respuesta es “entré en pandemia, cuando todos hacíamos home office y así me quedé”, pero lo que no digo, es que Jesús vio potencial en mí, decidió depositar un enorme voto de confianza y brindarme todo su apoyo aún a la distancia, por lo que siempre le estaré agradecida y día con día intento corresponder ese gesto.
Siendo honesta, al inicio, aunque sabía que era normal, no me agradaba que no me reconocieran como parte del equipo de ABZ, sin embargo, poco a poco me di cuenta del gran regalo que es, ya que a la pregunta obligada de cada persona que conozco sobre si conocí a Jesús, le sigue una increíble historia de alguna aventura que vivieron juntos, lo que me llena de admiración al ver cómo tocó tantas vidas y creó tantos recuerdos inolvidables, sabiendo que dejó mil y una aventuras pendientes.
Siempre he sido fiel creyente de que las coincidencias no existen, por eso pienso que conocí a Jesús por una razón, ya que la forma en que nos conocimos fue un conjunto de afortunadas coincidencias, porque desde que se abrió una vacante en ABZ, yo me postulé sin saber que se encontraba en Guadalajara, pero al mismo tiempo, Jesús iría a Vallarta en esos días por un evento, así que acordamos vernos para tener una entrevista donde me hizo saber que me daría la oportunidad de trabajar desde allá. Sinceramente, desde que lo conocí, la conexión fue casi inmediata, me dio una sensación de tranquilidad y confianza y, por lo que me llegó a comentar, siento que yo le inspiré eso mismo.
Creo que no es novedad para nadie que Jesús poseía ideas únicas, le gustaba destacar, hacer cosas diferentes y que nadie hubiera hecho antes. Recuerdo que incluso llegué a pensar que noche con noche soñaba con una nueva idea, y que para el desayuno ya estaba pensando en la forma de hacerlo realidad, y era entonces cuando me entraba su llamada, explicando muy a su modo, lo que tenía en mente, muchas veces recurriendo a líneas y garabatos en papeles que misteriosamente siempre tenía a la mano, pero creo que eso era gran parte de su encanto.
De mis recuerdos favoritos, sin duda era escucharlo contarme la historia de ABZ, que para el día de hoy, siento que podría contarla de memoria; eso me produce un sentimiento no solo de admiración, si no de cariño y apreciación por el legado que dejó, sobre todo porque está presente en el increíble equipo que formó, en cada una de las ediciones de ABZ, en cada nueva idea que desarrollamos, en cada diseño y cada artículo redactado, porque Jesús dejó en todos nosotros esa semilla de magia que él poseía, sin duda alguna siento que si ABZ llegó a donde está ahora fue gracias a todas esas locuras y a que no conocía el concepto de “no se puede”.
Como mencioné, siempre he pensado que no existen las coincidencias, por lo que considero una bendición que me haya tocado escribir esta sección para la edición de este mes, y si por azares del destino la están leyendo el 02 de noviembre, dediquémosle un pensamiento a Jesús, contemos una de sus miles experiencias, recordemos los momentos que vivimos a su lado, añoremos sus sonrisas, revivamos sus ideas, porque para mí, Jesús es el significado de la frase “nadie muere del todo mientras haya alguien que lo recuerde” y por eso, tengo la certeza de que vivirá por siempre en nuestros corazones.
Así que, Jesús, desde el fondo de mi corazón te mando un GRACIAS infinito hasta los Himalayas.
Carolina Noguerón
Dirección Creativa
ABZ Turístico