Carta del Director 305
Hay cosas que inician desde el amor
otras desde el dolor… esta carrera nació desde ambos. Hace tres años, organizar la primera Carrera Turística Jesús Romero fue una forma de transformar mi duelo en movimiento, en acción, en algo que pudiera reflejar la esencia de quién fue Gzus: un hombre apasionado por el turismo, por correr, por ayudar… por vivir.
La primera edición fue algo casi improvisado. Con muy poco tiempo para la planeación (poco más de un mes) y mucha contensión, cariño y apoyo de quienes decidieron sumarse. La verdad es que fue literalmente una de las muchas “ocurrencias” o acciones que llevaba un año tratando de hacer, para que no doliera tanto. Nos reunimos familia, amigos, colegas y personas que conocieron y quisieron a Jesús. Fue un homenaje con zancadas, sonrisas, y muchas lágrimas contenidas, logrando recaudar lo suficiente para dar un primer empujón a la causa.
La segunda carrera, después de haber recibido muchos comentarios como: “para la próxima invítame a participar”, fue creciendo favorablemente; duplicando esfuerzos, participación y corazones unidos por una causa y en esta ocasión, con esa invaluable suma de esfuerzos, cuadriplicamos el monto. Así que este año, ¡vamos por más!
Y bueno, ahora, en esta tercera edición, sucede algo que nunca imaginé: muchísimas de las personas que participan (ya sea como corredores, staff y/o patrocinadores) no conocieron a Jesús en vida, pero se han interesado tanto por la carrera, que incluso han buscado conocer más sobre la historia detrás de ella… y así fue como han llegado a conocer a Jesús.
Nuestro especial de cada año en la edición de agosto, va dedicado para Gzus, y en justamente cómo alguien que ya no está físicamente puede seguir tocando vidas. En cómo el recuerdo se convierte en motor. En cómo el cariño se multiplica cuando se comparte. Jesús, sin estar, sigue inspirando. Y eso, para mí, es magia.
Gracias infinitas a todo mi “Dream Team”, a cada patrocinador, colega, familia, amigo, corredor y voluntario que se ha sumado. Gracias a quienes han hecho de esta carrera mucho más que un evento deportivo: un símbolo de amor, de comunidad, de propósito.
Y sobre todo, gracias a ti, cariñote. Por enseñarnos a correr… con el corazón por delante.
Fabiola Campos Campos
Directora General