Lucy Shafer y sus 25 años de calidez mayorista
Veinticinco años pueden ser vistos de muchas maneras: equivalen a un cuarto de siglo, son la edad de un adulto joven, representan un sinfín de vivencias y recuerdos, y para cualquier empresa que los cumple son muestra del camino recorrido, ése que está sembrado de momentos decisivos, sinsabores y también triunfos.
Es muy satisfactorio encontrar una compañía que llega a este significativo aniversario con buena salud y consolidada en su mercado, y el que ésta tenga al frente a alguien que no sólo ha sido profesional en toda la extensión de la palabra, sino que además ha sabido mantenerse fiel a su manera de ser, ganándose el respeto, la admiración la estima de quienes no sólo son sus clientes, sino que se consideran sus amigos, es todavía más raro.
Prisma Operadora es una mayorista donde el factor humano es parte fundamental para asegurar la continuidad y el éxito de sus clientes. Estas páginas buscan ser un humilde reconocimiento a esta empresa y sobre todo a la mujer que el 5 de octubre de 1992 abrió por primera vez las puertas de su compañía, que hoy sigue atendiendo a los agentes de viajes con profesionalismo y una enorme sonrisa: la señora Lucy Shafer.
Como la historia de Prisma está íntimamente ligada a la historia de Lucy, ¿quién mejor para contarnos sobre ambas que las personas que han visto su nacimiento y consolidación? Permite que su familia y amigos de la industria turística sean los encargados de rendirle este merecido homenaje a la carrera de Lucy y la compañía que fundó de la mano de su marido, José Antonio Shafer, hace 25 años.
“Una gran maestra”. Antonio Shafer, director de Prisma e hijo de Lucy.
La familia de mi mamá era sencilla y para ella subirse a un avión y viajar por el mundo era como un sueño inalcanzable. Quiso estudiar para convertirse en maestra, pero por circunstancias de la vida terminó estudiando Técnico en Turismo.
Comenzó en una agencia de viajes y estuvo muchos años allí, hasta que se presentó la oportunidad de aplicar para trabajar en Pan Am (Pan American World Airways); comenzó con la aerolínea en 1972, y para los 90’s era la gerente de Ventas de la aerolínea en Guadalajara.
Mi papá también trabajaba en turismo, de hecho, se conocieron en un evento de Pan Am en 1983 y lo curioso es que, aunque ambos eran de Ciudad de México, decidieron que la familia se quedara aquí.
Les tocó la época de oro de la aerolínea y tuvieron muchas aventuras juntos, recuerdo anécdotas de vuelos en primera clase, viajes a Hong Kong de fin de semana… fue una época que se le quedó tatuada en los recuerdos, le tiene mucho cariño a la aerolínea y le encanta viajar bien, conocer lugares y personas diferentes.
Cuando Pan Am se declaró en quiebra, mis papás crearon Prisma; comenzaron como representantes de hoteles (el área de experiencia de mi papá), ciertos destinos de los EE.UU., Oriente y aerolíneas como Copa y Taca Airlines, distribuyendo información y paquetes a los agentes.
Al principio en la oficina sólo estaban ella y otras tres personas, recuerdo que después de la escuela mi hermana Lucy y yo pasábamos horas allí haciendo tareas y viendo trabajar a mi mamá. Esa primera etapa fue complicada porque empezaron de cero tocando puertas, además coincidió con la crisis de los 90’s en México, pero yo a ella siempre la he visto luchona, atendiendo a sus clientes, incluso cuando nos íbamos de vacaciones en el camino pasábamos a otras ciudades a hacer blitz y entregar información… pero no por eso dejó de tomarse el tiempo para jugar con nosotros, ir al parque, a las maquinitas, asistir a todos los festivales de la escuela y por supuesto inculcarnos un gran cariño por la empresa, en la que trabajamos desde chicos.
Años después comenzamos a representar a la operadora de circuitos Eurovips, con quienes tuvimos una gran época; en ese entonces mi mamá tenía la dirección completa de la empresa, aunque mi papá siempre fue el representante legal. Creo que el detonante de nuestro crecimiento fue el Mundial de Futbol de 1998, cuando respondimos a todos nuestros clientes cuando muchas empresas resultaron afectadas por fraudes de boletos.
Cuando terminó esta relación pudimos diversificarnos; por su parte, la representación de Taca nos permitió hacer muchos FAM’s hacia Centro y Sudamérica (el primero para mí fue a Guatemala). Además, mantuvo sus contactos en Israel, Oriente y Europa, formando una red de proveedores para que comenzáramos a crear paquetes a la medida de cada cliente, abriendo nuestro abanico de productos hasta llegar a lo que hoy realizamos.
Mi hermana y yo ingresamos a Prisma para que pudiera dejar la “talacha” o la operación y enfocarse en aspectos como los viajes de peregrinación, que hoy son uno de nuestros fuertes.
Mi mamá es una persona muy sencilla y nunca ha querido ser la protagonista, pero tiene un don de gente que le admiro muchísimo; jamás la he visto perder la cabeza o decir que algo no se puede, creo que por eso la gente la estima, es la persona ideal para darte serenidad tanto en la vida personal como profesional.
Definitivamente, la clave de nuestro éxito ha sido su liderazgo; su sueño de ser maestra creo que lo cumplió en cierto modo al haber compartido una escuela de servicio y muchos le debemos todo lo que sabemos; ella sigue siendo el rostro de Prisma, ahora como un apoyo total en la toma de decisiones.
Aunque ya se toma un poco más de tiempo para ella, nunca se va a separar de su trabajo y se mantiene súper activa, si tiene que estar despierta a las 3 a.m., lo hace. Además, nos inculcó su filosofía de primero resolver el problema y luego investigar qué pasó; hemos enfrentado circunstancias difíciles, como hace unos años que teníamos dos grupos religiosos de viaje cuando sucedió la huelga de Air France, ella se las ingenió para darles alternativas a las más de 50 personas que teníamos varadas, negociando, financiando boletos con otras aerolíneas y dando la cara.
Definitivamente ha sido la mejor coach que he tenido y gracias a su visión hoy podemos vender servicios a cualquier lugar del mundo, y si acaso nos encasillan es en “viajes imposibles”.
Es difícil saber lo que piensa otra persona, pero creo que mi mamá se ha de sentir muy contenta y orgullosa del esfuerzo de estos veinticinco años. ¡Además no para!, podría dirigir esta empresa sin problemas, pero ya se merece sus tiempitos para ella, para disfrutar a su nieto, no necesita estresarse por detalles, para eso nos tiene a nosotros; Lucy y yo somos lo que somos gracias a ella y su escuela, yo estoy súper agradecido.
“Mucho más que una socia comercial”. Aurelio Valle, Viajes Prego.
Podría hablarte de Lucy en el aspecto de los negocios como una mujer tenaz y trabajadora; la conozco desde que tenía la gerencia de Pan Am, llegué a asistir a sus eventos en el que hoy es el Hotel Misión Carlton. Siempre ha sido la misma: una mujer sonriente, amable, cálida y completamente profesional. Pero también quisiera platicarles de ella como amigos que somos; tengo un cariño muy especial hacia ella, siempre nos hablamos con mucho afecto y estamos presentes el uno para el otro, frecuentemente nos tomamos un cafecito para platicarnos nuestros proyectos personales o laborales.
Siempre he admirado de ella esa tenacidad por salir adelante; me tocó vivir el nacimiento de Prisma, ver cómo crecían sus hijos y cómo se integraban para tomar papeles importantes en la empresa, y esto no quiere decir que ella se haya apartado, quizá se toma las cosas con más tranquilidad pero siempre está presente y al pendiente.
¡Tenemos infinidad de anécdotas juntos! Hace años tuve un cliente viajando a Egipto y Siria (muchos años antes del conflicto); llegando al Cairo no lo dejaron abordar el avión porque a criterio de las autoridades debía traer una visa que nos habían dicho que podía tramitar en Damasco… algo maravilloso de Lucy es que si a medianoche tiene que comunicarse con un operador, ¡lo hace!, así que estuvo toda la noche de pie, comunicándose con su operador egipcio, pagando el hotel del pasajero y coordinando que lo llevaran casi de contrabando a la frontera para cruzarlo como en película de acción, desde aquí logró que el cliente se sintiera acompañado y siguiera con su itinerario.
Otro ejemplo: hace unos meses tenía pasajeros para Islandia y no conseguíamos un guía en español, ella lo encontró pero le pedían confirmarlo y mis clientes todavía no habían depositado… tomó la decisión de sacar de su bolsillo el dinero y me dijo: “¿Sabes qué, amigo? A nosotros siempre nos ha ido bien en los negocios, sé que vamos a lograr éste y si acaso no funciona, en los próximos nos recuperamos”.
Ése es el nivel de confianza con el que trabaja siempre, por eso a ella y a todos los Shafer los aprecio mucho, más que una relación de trabajo ya hay una relación de amistad, de confianza, ¡y vaya que ésa ya no es tan fácil lograrla en estos tiempos!
A veces nos dejamos llevar por lo económico, pero no todo está en el precio sino en el valor de tener ese apoyo; hoy estoy seguro de que Toño (Antonio Shafer hijo) me responde de la misma forma, sus hijos traen la escuela de ella.
La próxima semana me voy a cenar con ella por el gusto y placer de vernos, disfrutar una copita de vino y quizá escaparnos un poquito del estrés de este trabajo que tanto amamos y que a veces nos causa dolores de cabeza.
Yo la considero una amiga, de esas que te encuentras muy pocas en la vida, de las que se cuentan con los dedos de una mano.
“Hoy la admiro más que nunca”. Lucy Shafer, área Administrativa de Prisma e hija de Lucy.
Creo que Prisma fue un proyecto que surgió por necesidad; mi mamá siempre debe estar en movimiento y yo recuerdo verla triste cuando Pan Am desapareció y se encontró con tanto tiempo libre, era lógico que siguiera en el turismo y una mayorista era buena opción para que hiciera algo… Hubo tiempos malos, simplemente la crisis de 1994 fue muy difícil para nosotros, me acuerdo que había momentos en los que no sabían de dónde iban a sacar para la nómina, y todos esos sacrificios creo que hoy podemos verlos cristalizados en esto, debe ser un logro muy fuerte para ella el poder decir “¡algo hicimos bien porque aquí seguimos!”.
Desde que estábamos chiquitos, mi mamá y Prisma han sido una sola cosa. Me acuerdo de esas tardes interminables haciendo la tarea y dibujando en la oficina mientras ella sacaba la chamba, cuando salíamos de vacaciones nos tocaba de cajón tomarnos una nieve a la sombra de una palmerita mientras ella hacía su labor con los agentes de otros estados, y siempre comíamos en familia y escuchábamos las aventuras y desventuras de Prisma, con mi mamá platicando, mi papá dando su opinión y nosotros escuchando y aprendiéndoles a los dos.
Siempre la conocí trabajando, por las noches tapizaba la cama de recibos y documentos para el contador, siempre le echaba ganas al trabajo pero jamás estuvo ausente, se daba sus tiempos para ser una “mamá normal” llevándonos al parque, asistiendo a todos los festivales y partidos de fútbol y hasta cumpliendo con sus compromisos sociales, ¡no sé cómo le hacía!
Cuando entré de tiempo completo a Prisma, mi percepción de ella se complementó al verla en su elemento, una cosa era saber que trabajaba y otra era verla en acción, observar su manera de ver y tratar a los pasajeros… la miré con otros ojos y me di cuenta de la excelente profesional que es, la admiro muchísimo. Su filosofía siempre ha sido resolver primero el problema y después encontrar de quién fue el error, muchas veces a pesar del dinero, protegiendo la seguridad de los pasajeros, para ella el sueño de cada viajero se convierte en su sueño.
El equipo familiar hemos sabido complementarlo muy bien y me da gusto que hoy ella puede tomarse las cosas más “light”, entre comillas, porque sus grupos religiosos conllevan un buen desgaste emocional, aunque sabe que tiene un buen equipo en el que puede delegar.
Ahorita se da tiempo de disfrutar a mi hijo Diego, que tiene casi un año, yo creo que fue la más feliz de todos cuando le dijimos que estaba por llegar un chaparrito y ahora que lo tiene en brazos se desvive por él… pero eso sí, ¡no creo que vaya a dejar de trabajar nunca!, se nota que le encanta lo que hace. Nunca ha querido el reflector para ella, creo que le emociona más el hecho de que su equipo de trabajo sea el que brille porque en la medida en que su gente haga las cosas bien, sabe que ella también las hizo bien, disfruta los triunfos de su gente.
¿Qué más puedo decirles? La verdad Dios me dio la gracia de que ella sea mi mamá; en cuestión de negocios seguimos aprendiendo cada día de ella, y en lo personal es una mamá maravillosa, se desvive por sus seres queridos, es increíble cómo me ayuda con mi niño, cómo si necesito algo siempre está disponible, sea la hora que sea.
Sé que todos lo dicen, pero creo que mi mamá es lo mejor del mundo, es muy padre tener una persona que te brinda ayuda incondicional, siempre nos apoya y es algo que le voy a agradecer toda la vida.
“Ella es un ejemplo fiel de la perseverancia”. Jesús Romero Palacios, director general de ABZ Turístico.
Para hablar de Prisma, primero tendríamos que estar todos conscientes de la definición de confianza y lealtad, no sin antes comprobar que la responsabilidad de cumplir compromisos no radica en la obligación, sino en los hábitos cotidianos de quienes trabajan en ella.
También habría que estar acostumbrados a que esas palabras serias se transforman en sonrisas, en sueños cumplidos, en experiencias inolvidables y anécdotas que muy probablemente podrían platicarse de generación en generación.
De viajes que no se cuentan por millas recorridas, aeropuertos utilizados u hoteles pernoctados, sino que se recuerdan por esos atardeceres mágicos en la sabana africana viendo cómo el Serengueti se funde con el sol, por esas sensaciones de paz al conseguir meditación profunda practicando hatha yoga en Rishikesh a orillas del Ganges en la India, o de sentir a chorros la adrenalina recorriendo por las venas, combinada con la sangre por esa aventura jamás vivida o ¿por qué no?, una vez más vuelta a vivir.
También maravillarse ante las cristalinas aguas del océano Índico, parado en la blanca arena de una de las 1,200 islas que componen las Maldivas, tratar de dominar las emociones sin conseguirlo y entonces dejarse llevar por ellas y más que sufrir, disfrutar del síndrome de Stendhal, provocado por la imponente belleza del Taj Mahal, recorrer años atrás, décadas, siglos… veinte de ellos, y percibir la energía de un lugar sagrado en esa peregrinación a Tierra Santa, o simplemente recibir un buen consejo de donde tomar un buen vino en cualquier rincón del mundo.
Una vez que logramos visualizar todo ese contexto, entonces estamos preparados para hablar de Lucy Shafer, fundadora de Prisma, porque hablar de Prisma es hablar de ella y aunque sus hijos crecieron jugando entre itinerarios y manuales de circuitos, escuchando solicitudes de reservación y claves de confirmación, ellos dos, Lucy y Tony, que hoy brillan con luz propia gracias a sus talentos y capacidades, de muchas formas también son ella.
¿Quién es Lucy para mí? Ella es un ejemplo fiel de la perseverancia, de la honestidad que se requiere para alcanzar el éxito que mejor se saborea, el ganado a pulso; es una maestra con un estilo único.
Para mi caso específico, es alguien que le brindó su confianza a un mensajero que apenas cumplía la mayoría de edad y que jugaba en serio a emprender en el mundo del turismo llevando a las agencias de viajes información de Prisma, apoyándolo hasta la fecha con la evolución de esa mensajería turística hasta lo que son hoy Distribución Dinámica y ABZ Turístico.
Gracias, Lucy, por eso, pero sobre todo por enseñarme que la amistad sincera siempre trasciende a la relación comercial, convirtiéndose en estima y cariño ¡del bueno! Muchísimas felicidades a Prisma por estos primeros veinticinco años, felicidades a Lucy chica, a Tony y a toda la familia Prisma; felicidades Lucy Shafer, por ser generadora de memorias imborrables en cada uno de los pasajeros que son puestos en tus manos por los muchos agentes de viajes que confían en ti y tu equipo.