Carta Editorial 135
Llegaron por fin las últimas semanas del año, y con ellas todo lo que conlleva esta época (para bien y para mal); hay quienes gozan más estos días y quienes somos un tanto apáticos o “grinchs”, pero al final terminamos contagiados de ese espíritu decembrino que la mayoría celebramos en paz en familia, una vez que ya pasaron las ajetreadas compras de ese presente que simboliza de alguna manera la estima que les tenemos a nuestras personas más cercanas. En estas semanas surgen una y otra vez las preguntas: ¿hoy dónde toca? ¿Con quién? ¿Y para el año nuevo? ¿Viajaremos a la montaña para ver la nieve, o le huimos al frio y mejor nos vamos a la playita, a la ciudad colonial o de plano nos quedamos en casita a disfrutar la ciudad? Haremos la cuenta atrás con las uvas, al tiempo del recuento de los daños de este año (y de los logros, por supuesto); también estarán presentes las metas no cumplidas, que seguro pasaremos para que sean las nuevas del 2016, proponiéndonos no posponerlas una vez más…
Y hablando de propósitos venideros, además de los clásicos de la dieta, de ahorrar, de hacer ejercicio y llevar una vida más saludable… ¿por qué no ir haciendo poco a poco el hábito de hacer menos de lo que bien sabemos que no debemos hacer, y de ser y hacer más de lo que nos haga mejores personas, mejores compañeros de trabajo, hijos, parejas? Esas situaciones que identificamos ya muchas veces pero no terminamos de ser o hacer… sabemos que cuesta trabajo, pero hacer por lo menos una, una vez al día, podría marcar la diferencia; me refiero a ese tipo de cosas que nos enriquecen como seres humanos: ¿por qué no visitar a un enfermo, sin que necesariamente sea un conocido o familiar nuestro? ¿Por qué no abrir la puerta del auto a tu esposa? ¿Por qué no ayudarle a cruzar la calle a un anciano, o simplemente no dudar de la persona que te vende boletos para ayudar a alguna institución? ¿Por qué no extendemos nuestras buenas acciones también a los animales, al medio ambiente y a nuestra ciudad, no tirando basura, ahorrando electricidad, no desperdiciando el agua? A veces las oportunidades de ayudar llegan disfrazadas y no las vemos, hay que estar atentos porque esas pequeñas acciones suman una a una y al final del año podríamos tener 365 “palomitas” en la lista, con un resultado tan grande o tan chico como todo lo que sumamos o dejamos de sumar.
En ocasiones nuestros propósitos de Año Nuevo son tan grandes o poco realistas que no podemos cumplirlos; si tenemos propósitos muy fantasiosos, por más buenos que sean no los cumpliremos y generaremos un sentimiento de “nunca termino nada” o “no soy bueno para nada”; hay que aterrizarlos, si nos planteamos propósitos alcanzables, seguramente podremos realizarlos y aunque no cambien el mundo, generarán energía positiva y un resultado muy notorio al terminar el año.
En lo personal quiero, hoy más que nunca, ser agradecido con todas las cosas que nos han sucedido, si bien no han sido todas buenas (y hablo de lo personal y el trabajo, que en mí se mezclan porque mi vida personal depende del trabajo), gracias a mi equipo se pueden transformar en algo nuevo. Quiero agradecer a nuestros clientes, llamémoslos operadores, líneas aéreas, mayoristas, destinos, y a nuestros aliados que tal vez no tengan una relación comercial con nosotros pero que nos favorecen con su preferencia al solicitarnos que los apoyemos con sus eventos y nos generan ventas con otros actores de la industria; agradezco a nuestros clientes fieles que cada año siguen subidos en el barco de la aventura que es ABZ Turístico, y también a los que este año confiaron por primera vez en nosotros; a nuestros proveedores, a nuestros lectores, y a mi equipo pequeño Gran equipo que no tiene límites; gracias a nuestras familias que nos impulsan a seguir adelante cueste lo que cueste.
Creo que muchos creemos en algo más grande que nosotros y agradezco a cualquiera de las manifestaciones Dios por este año que estuvo lleno de retos y oportunidades. 2016 pinta para ser un año aún más intenso; será el año del uso de las herramientas tecnológicas, esperen los cambios para bien que tenemos para ustedes, deberemos reinventarnos pero sin perder el estilo que nuestra revista procura tener: limpio, sencillo, digerible. Todos sus comentarios y sugerencias serán bienvenidos, acérquense con nosotros porque queremos escucharlos. No me queda más que agregar con todo mi reconocimiento:
¡Feliz Año 2016!