Mérida, tierra de amores
Mérida, la de verdes haciendas, la riente, festiva, de frescas hamacas, serena y luminosa como la piedra de Oriente. Mérida, la Capital Americana de la Cultura, la Ciudad de la Paz, abanico colorido de emociones que cautivan el espíritu.
Al visitarla encontrarás una ciudad de gran riqueza histórica; fundada en 1542 por Francisco de Montejo “El Adelantado”, sobre los vestigios de un asentamiento maya conocido como “T’ho”, la Ciudad Blanca presenta contrastes que la hacenideal para todo tipo de personas, ya que no pierde su toque tradicional pero éste coexiste con una gran diversidad de propuestas modernas.
Con el apoyo de la Secretaría de Fomento Turismo (SEFOTUR)y para conmemorar los vuelos inaugurales Monterrey-Mérida y Guadalajara-Mérida de Aeroméxico, tuvimos la oportunidad de volver a Yucatán para sumarnos a la permanente celebración a la vida en la que están sumergidos sus habitantes, tanto en su capital como en sus alrededores. ¿Guayaberas, huipiles y sombreros de palma listos? ¡Comenzamos!
CULTURA Y DIVERSIÓN
Un “plus” de nuestro viaje fue contar con la compañía del representante de SEFOTUR Josué Carmona, quien paso a paso nos ilustró sobre historia, gastronomía y cultura, ofreciéndonos siempre consejos, chistes y algunas frases del lenguaje coloquial para pintarnos un panorama completo de su blanca ciudad.
Durante tu viaje, no olvides recorrer la principal avenida de Mérida, que se divide en dos secciones: “Paseo Montejo” y “Prolongación Montejo”; en el arbolado y elegante Paseo de Montejo encontrarás monumentos y mansiones históricas que bordean la avenida (antes zona residencial del Yucatán del siglo XIX); con una arquitectura similar a la de La Habana, Cuba, fue habitada durante el auge de la industria del henequén, y su trazado y diseño están inspirados en los de los bulevares franceses.
Vale la pena cruzar con cuidado para acercarse a ver el “Monumento a la Patria”, obra del escultor Rómulo Rozo, donde se muestra parte de la historia de México, desde la fundación de Tenochtitlán hasta mediados del siglo XX, ¡no dejes pasar la oportunidad de conocer este símbolo de mexicanidad del pueblo yucateco! Más adelante, a un par de cuadras encontrarás las históricas mansiones que ahora funcionan como restaurantes, discotecas, hoteles boutique, tiendas, edificios y museos, como el Palacio Cantón que actualmente es el Museo del INAH, la Quinta Montes Molina, Casas Gemelas, Casa Molina Duarte, Casa Peón Regil, Casa Valez, entre otras muchas.
En el centro histórico podrás conocer la Catedral de la ciudad (la más grande del continente americano), el Ateneo, el Museo de Arte Contemporáneo, el Salón de la Historia en el Palacio de Gobierno, sin olvidar deleitarte con antojitos yucatecos, o sentarte en sus tradicionales bancas llamadas “tú y yo”. Además, la ciudad ofrece actividades culturales gratuitas toda la semana, siendo el Parque Santa Lucía sede permanente de espectáculos como la “Serenata Yucateca” (que se ha presentado ininterrumpidamente por más de 40 años) donde grupos folclóricos, poetas, tríos y cantantes de bolero hacen vibrar las noches de los jueves.
PUEBLOS MÁGICOS: DONDE HABITA PASADO Y PRESENTE
La Gran Valladolid es la segunda ciudad más importante del estado, ubicada a 160 km al este de Mérida, rumbo a Cancún y a 40 km de Chichén Itzá. Fundada el 28 de mayo de 1543 por Francisco de Montejo, fue llamada así como homenaje a la ciudad española del mismo nombre.
Al llegar a la Sultana del Oriente maya, su magia y colorido colonial te harán suspirar; construcciones como el Convento de San Bernardino de Siena (desde el cual puedes acceder alcenote Sis-Há), la catedral barroca de San Gervasio, el Palacio Municipal, el Parque de los Héroes o el Museo de San Roque(donde la asistente de arqueólogo Rosalina Mendoza Sánchez te deleitará con una enriquecedora y emocionante mirada de la historia maya en su etapa prehispánica y durante la colonización española), conforman parte del mosaico arqueológico, cultural e histórico más importante de la región.
Por su parte, la Ciudad Amarilla (o de las Tres Culturas) de Izamal se ubica justo al centro de la península, a 72 km al oriente de Mérida; este luminoso poblado posee importantes vestigios arqueológicos entre los cuales destacan 5 grandes pirámides mayas. Si Izamal está en tu ruta, no puedes perderte la visita a la joya: “Kinich Kak Moo” o la pirámide de “la guacamaya de fuego”, construida hacia los años 400-600 d.C, es una de las edificaciones más importantes de Mesoamérica. Te recomendamos armarte de valor para subir hasta la cima, donde tendrás una vista panorámica inigualable y podrás encontrarte en la ruidosa paz del viento.
Pero si tienes fobia a las alturas, entonces has un recorrido en calesa (un carruaje tirado por hermosos caballos con sombreros de colores); las paradas incluyen visitas por los talleres de los artesanos locales, donde podrás curiosear entre una variedad de artesanías locales y arte popular.
INMERSIÓN ANCESTRAL
Los cenotes(del maya dzonoot, ‘hoyo con agua’) tenían para los antiguos pobladores un carácter sagrado, pues era el medio de comunicación con Chaac, patrono de la lluvia.
A 45 minutos de Mérida hacia Valladolid, entrando por Tahmek,se asienta la población de Sanahcat;allí encontrarás el “Cenote y Parador Belbechén”, una maravilla subterráneaen la que puedesvivir una experiencia fuera de este mundo. Ya sea nadando (con o sin chaleco) o arriba de un kayak, esta reliquia milenaria garantiza un “antes” y un“después” en tu viaje (un consejo: pide que apaguen la luz para que puedas rememorar la atmósfera en la que vivieron nuestros ancestros, y deja que la luz natural te bañe mientras flotas en medio del agua).
En este atractivo turístico 100% natural, te conviene tomar una visita guiada a cavernas y grutas, rentar una hamaca o comer en una fondita con el auténtico sazón yucateco, donde las administradoras Doña Rosaura Baas y Marielita Dzul Caamal están listas para estrenar su cocina y deleitar a los visitantes con platillos de la región como el relleno negro, venado y armadillo, y también están abiertas a consentirte en caso de tener algún antojo.
LO IMPERDIBLE
Chichén-Itzá es la ciudad maya más famosa del mundo, Patrimonio Cultural de la Humanidadyuna de las siete maravillas del mundo moderno. A 128 km de Mérida en dirección a Cancún, esta joya en un día recibe hasta 6 mil visitantes de todo el planeta, lo que la convierte en la segunda zona arqueológica más visitada de México.
Diseñada para ser una ciudad de estrellas,peregrinarásacompañado de exclamaciones y miradas atónitas de los demás visitantes (consejo: bloqueador, bloqueador ¡y más bloqueador!).Carga la pila de tu cámara, lleva mucha agua y arma tu ruta porque querrás absorber cada detalle.
Lo básico que debes conocer es El Templo de Kukulcán (conocido como “El castillo”, es una representación maya del dios Quetzalcóatl),El Gran Juego de Pelota(el más grande de toda Mesoamérica), El Templo de los Guerreros o “Las mil columnas”, El Cenote Sagrado(utilizado por los mayas para realizar sacrificios a Chaac)y el Observatorio Astronómico (llamado también “El Caracol”o “El Templo de Venus”).
Chichén es un deslumbrante viaje para cualquiera, pero una sublime necesidad para todo el que sea mexicano.
¡BOMBA DE SABORES!
La exquisita comida yucateca se basa en una mezcla de ingredientes utilizados por los antiguos mayas, sabores traídos de Europa con posteriores aportaciones caribeñas y del Medio Oriente. La gastronomía yucateca, reconocida en México y el mundo, es resultado en buena medidade su antiguo aislamiento del resto del país y de su constante trato, por medio de sus puertos, con Europa, Cuba y Nueva Orleans.Los elementos más predominantes son la carne de pavo, maíz, tortilla y, claro, los condimentos, sin olvidar el chile habanero; este mestizaje culinario que va de lo tradicional a lo moderno logra una festiva explosión de sabores y aromas que reafirman una vez más la esencia de esta noble tierra.
¿Qué es lo que tienes que probar sí o sí?La famosa cochinita pibil, los salbutes,panuchos ypapadzules, el queso relleno, el pocchuc ysikilpak, las gorditas de chaya, la refrescante agua de chaya, el brazo de reina, el relleno negro, la sopa de lima, carne de venado, mucbilpollo, y la bebida de bebidas: elxtabentún, teniendo para postres el dulce de guayaba con queso bola y los caballeros pobres, todo diferente ¡y delicioso!
Mérida cuenta con infinidad de restaurantes en los que podrás degustar comida típica y contemporánea, pero no pierdas la pista al Katún, en el centro histórico; el Zamná,en el Pueblo Mágico de Izamal; la fondita del parador Bebelchén; y la Recova en los portales del Parque Santa Lucía, de vuelta en Mérida. Tampoco olvides darte una vuelta por el mercadito principal, justo en el corazón de la ciudad, donde podrás comer de todo un poco a buen precio.
Mérida es más que una ciudad; es una oportunidad de hacer una pausa para permitirse contemplar la vida y sentirse agradecido con ella y este bellísimo planeta que compartimos; Mérida es escuchar el latido que nos une como mexicanos. Para todo aquél que decida emprender esta aventura, el regreso a la Ciudad Blanca está garantizado porque, como decía la gran Mercedes Sosa: “Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”. Así que, ya sabes ¡déjate enamorar por Mérida!