Yucatán, emoción de tiempo completo
Yucatán es un estado de nuestro país que lo tiene todo: historia, cultura, arte, calidez en sus pobladores, hermosa naturaleza, rica gastronomía y más. Y Euromundo, prestigioso operador mayorista que durante años ha realizado una gran labor de promoción de circuitos internacionales, tiene ya tiempo apostando también por el mercado nacional; en esta ocasión quiso darle énfasis al sureste, y en especial a este estado y su joya de blancas casonas y hermosos jardines, así que mediante convenios Volaris, la aerolínea con más vuelos a este destino, así como con receptivos del estado, está desarrollando circuitos que le hagan justicia a su Historia y actualidad.
Así, con el apoyo de la Secretaría de Fomento al Turismo de Yucatán (SEFOTUR), invitó a algunos medios de comunicación a probar una muestra de lo que esta entidad representa para la riqueza cultural y turística de nuestro país.
Una ciudad con historia
La antigua capital del henequén, fundada allá por 1542, fue durante siglos muestra de las riquezas del nuevo mundo, incluso su región fue tierra sagrada para la cultura maya. Durante el siglo XIX sus principales familias gozaron de una gran estabilidad económica y esto se reflejó en la construcción de elegantes casonas, de las cuales hoy quedan muchas como ejemplos de su rico pasado cultural.
Como a inicios del año pasado la ciudad recibía visitantes por el comercio del conocido como “oro verde”, algunas casonas de la capital fueron habilitadas, primero como posadas y después como hoteles en toda norma; así surgió el turismo en Mérida. Con el paso de los años se han ido agregando opciones de hotelería, y gracias al aumento de sus visitantes, emprendedores con una gran visión decidieron restaurar todavía más propiedades icónicas que hoy son galerías, boutiques, restaurantes y bares.
Una hotelería diferente
Date la oportunidad de visitar magníficos ejemplos de lo anterior y comprueba que la hotelería de Mérida es una mezcla ideal de dos mundos: hermosísimas edificaciones antiguas, pero adaptadas con todos los lujos y comodidades.
Estamos hablando de lugares como el Hotel Gran Real Yucatán, nuestro hogar durante esta aventura, remodelado a partir de una casona estilo francés y a “tiro de piedra” de la catedral, la plaza principal y el Paseo de Montejo; el Hotel boutique Rosas & Xocolate, justo sobre el Paseo de Montejo, tan hermoso que ha sido la portada de la prestigiosa revista Architectural Digest y que, como su nombre lo dice, tiene desde masajes hasta riquísima comida y una tienda dedicada al chocolate; otro buen ejemplo es el Hotel Caribe, a una cuadra de la Catedral y cuyo edificio en algunas partes data del siglo XVI, allí todas las semanas desde hace 25 años se reúnen los trovadores y bohemios para mostrar su talento musical con la guitarra y hasta con serruchos; o el Hotel Casa del Balám, que además de adornar sus pasillos con muchas obras de arte, cuenta con una suite especial para lunamieleros (pasas por un pasillo escondido que conduce a una escalera de madera y hierro forjado, para subir hasta un entrepiso donde estará la habitación, totalmente privada); el Hotel Casa Lecanda, de finales del 1800 y con hermosos detalles de hierro forjado y madera, pisos de pasta y rebosante de historias y tranquilidad; y el fantástico Hotel Mansion Merida on the Park, cuyos interiores decorados al estilo francés te harán pensar que estás en alguna sala del palacio de Versalles, ¡impecable!
Sonidos y sabores
Por supuesto que su centro histórico, como el de cualquier otra ciudad, es una sinfonía de sonidos y no es ajeno al mundo moderno con sus autos, transeúntes y escenas de la vida cotidiana; pero aquí y allá te encuentras pequeños oasis de tranquilidad para disfrutar de un helado que tan bien cae para el calorcito; es el caso del Parque Hidalgo, pasea por entre los almendros y disfruta de la paz que allí se respira.
¿Y quién puede ir a Yucatán y resistirse a los sabores de su cocina? Con ingredientes que muestran su herencia cultural indígena y caribeña, sin dejar de lado lo mexicano, el resultado es único. En el restaurante La Tradición, por ejemplo, te agasajarán con una colección de platillos de nombre complicado y sabor increíble: salbutes, poc chuc, papadzules, así como queso relleno, brazo de reina, cochinita pibil y grandes vasos de agua de tamarindo; se nota el orgullo del chef David Cetina por su tierra ya que te explicará cómo se elaboran sus platillos e incluso podrás visitar su cocina, que conserva una parte tradicional con horno de leña y un pozo donde preparan algunas de sus creaciones.
Ancestros y modernidad
En 2012 fue inaugurado el Gran Museo del Mundo Maya, en un edificio reconocido con el Premio del Consejo Iberoamericano de Diseñadores de Interiores como la Obra Emblemática de 2013; su forma misma es un tributo a esta cultura ya que semeja un árbol sagrado para ellos, la ceiba; la disposición de sus salas y su amplitud les hacen honor a sus más de 800 piezas arqueológicas, acompañadas de audios y videos que te llevarán de la mano por la Historia, describiéndote desde los elementos del juego de pelota hasta la época del boom del henequén.
Hablando de la cultura maya, muy cerca de Mérida se encuentran varios sitios arqueológicos muy importantes; uno de ellos es Uxmal, uno de los centros ceremoniales más importantes de la región y la última capital del mundo maya en México. Si lo visitas con guía podrás enterarte de muchos datos interesantes, y por las noches se lleva a cabo un espectáculo de luz y sonido que te relata la historia del centro; ver las estructuras iluminadas es una experiencia imperdible para los amantes de la cultura y la arquitectura.
Recorriendo caminos
Tomar una bicicleta y salir de mañanita con rumbo a algunas de las bellezas naturales y culturales cercanas a Mérida es una excelente manera de paladear este destino. En nuestro caso los encargados de llevarnos fueron los amigos de Maya Amazing Adventures, quienes durante todo un día fueron nuestros guías ciclistas en diferentes puntos de interés y que además tienen tours en la ciudad, en kayak, a pie, paseos a caballo, cuatrimotos y más.
Ellos pasarán a tu hotel y después de hacer una breve parada en sus instalaciones para tomar un refrigerio, tomarte medidas, ajustar tu bicicleta y entregarte tu equipo, partirás a recorrer caminos poco transitados; es curioso que muchos de sus clientes son personas mayores, así que siempre tendrán cuidado de que disfrutes el paseo sin cansarte de más.
Has escala en el sitio de Mayapán, camino obligado para los peregrinos que se dirigían a Chichén Itzá; sus hermosas pirámides son de las pocas que aún puedes escalar, y todavía hay arqueólogos trabajando allí pues varias aun se encuentran enterradas.
Recorre los caminos de tierra que te llevarán hacia varios poblados indígenas, y de allí al impresionante cenote Nomozon, donde podrás nadar; si esperas hasta justo las 3 p.m., verás cómo los haces de luz que entran por la boca del cenote finalmente bajan los 9 metros que los separan del agua para acariciarla, pintándola de hermosos colores. Dependiendo del tour que contrates, de regreso podrías comer en un pueblito, disfrutando de deliciosa y sana cocina tradicional hecha al momento, acompañada de rica agua de yaca.
Fantásticas haciendas
Cualquier camino que tomes saliendo de Mérida estará bordeado por haciendas y casonas; algunas yacen abandonadas, pero otras han sido reconstruidas y hoy son lindos hoteles frecuentados sobre todo por extranjeros.
La famosa Hacienda Tepich, antiguamente en el corazón del comercio henequenero, hoy aloja un hotel y un restaurante donde la especialidad es la cocina yucateca con carne de conejo; pasea por sus sombreados jardines y únete a los turistas franceses que toman fotos o simplemente escucha el cantar de las aves que abundan allí.
Otro excelente ejemplo es la Hacienda Sotuta de Peón, que respetando su tradición henequenera realiza tours por sus 100 hectáreas para mostrar cómo era la vida en ese entonces; su dueño actual construyó el único Museo del Henequén del mundo, con un recorrido donde podrás observar las máquinas originales, viajar en carros tirados por mulas por entre los sembradíos de henequén (una especie de maguey del que se obtenían fibras para realizar todo tipo de tejidos), ser testigo del arduo proceso para obtenerlas y hasta visitar una casa maya donde podrás escuchar a un hombre que vio con sus propios ojos el auge y caída de esta industria; la hacienda también tiene un hotel con villas enclavadas en el sembradío, ¡una experiencia inolvidable!
Yucatán es un destino imperdible; su riqueza histórica destaca aun más su hermosura actual, y estamos seguros de que si te animas a visitar la Ciudad Blanca y sus alrededores, siempre querrás volver.