CARTA DEL DIRECTOR 254
Cada edición es especial, al menos para mi y mi equipo. Aunque existen procesos definidos para que la revista llegue a tus manos, cada número hay nueva información a tratar y en ocasiones, hay contenidos que nos mueven de forma particular.
Antes de que pudieras leer estas letras, ya sea en la versión impresa, en tu móvil o en la computadora se pasó por una planeación editorial, se comercializó, solicitaron anuncios, envían solicitudes a ejecutivos y personalidades del medio para que colaboren con “su voz” y tener amplios puntos de vista y experiencias en cada página.
Hubo videollamadas (algo ya normal y de todos los días), seleccionamos imágenes, se escribieron las notas, se editaron, se revisan una y otra vez por diferentes ojos, se diagrama, se diseña y se vuelve a revisar otra vez todo el contenido; se ajusta, se arman secuencias de páginas, se hace una última revisión y ahora sí, puede irse a pre-prensa.
Pero antes de mandar la revista en digital a prensa se vuelve a revisar por si es necesaria una última corrección, de ahí recibimos las pruebas de color y se autoriza el tiraje, ¡por fin está en impresión!
Sin embargo, la revista no ha llegado a su punto final, se cortan pliegos, se hacen armados, compaginan, pegan, barnizan, se empaquetan para que las recibamos en las oficinas y el departamento de mensajería inicie la distribución en las agencias de viajes.
Todo esto es normal, pero como les mencioné en los primeros renglones, en el proceso hubo algo diferente, completamente especial, en este ABZ Turístico de mayo se tienen seis páginas de una sección que se ha publicado sólo tres veces en toda nuestra historia, “SOY”, y esta vez somos afortunados todos, quienes la conocemos, quienes no tanto y quienes no, de poder conocer una exitosa historia de vida, emotiva, pero sobre todo ejemplar e inspiradora.
Agradezco infinitamente a Delia Zúñiga por compartir con Adriana Díaz (nuestra editora) y su servidor una entrevista donde hubo de todo: risas, reflexiones, pausas, silencio y lágrimas. Ady logró darnos esta versión escrita para que tú como lector, tengas un aprendizaje de vida a través de la historia de Delia.
La invitación se la había hecho hace más de un año, pero la tenía en mi mente desde hace más, en esa ocasión muy amablemente me dijo: “no estoy lista”. Lo entendí, le agradecí su atención de considerarlo al menos, no sin antes decirle que la esperaría lo que necesitara, sabía que con la fortaleza y nobleza que posee pronto nos podría permitir compartir su cordura, esa que ha ido adquiriendo por un camino nada fácil, pero que también derrocha felicidad pura.
Te invito a abrir tu mente y corazón para ser inspirado, para que te muevan las ganas de apoyar a quien lo necesita, no importa si es poco, en este mundo plagado de indiferencia, un poco siempre es mucho. Pueden ser a niños con cáncer, personas con discapacidad, ancianos, personas en situación de calle o más, hay un sinfín de instituciones confiables que encausan los apoyos de manera correcta.
¡Gracias Delia!
Jesús Romero Palacios
Director General