La Paz, puerta de entrada al Mar de Cortés
Es curiosa la historia del por qué le dieron el nombre de La Paz a la capital de Baja California Sur; así la rebautizó Sebastián de Vizcaíno porque a su llegada a la ensenada en 1596 cientos de nativos lo recibieron con alimentos en abundancia, belleza natural y calidez.
Podemos decir que a 425 años de este suceso La Paz sigue recibiendo al visitante con ese mismo brío, dispuesto a darte todo sin pedir nada a cambio, con la quietud de un desierto, la fuerza de su mar, la majestuosidad de sus ballenas y sus pueblitos cargados de historia minera y misiones, te aseguramos que una vez que veas todo lo que cobija a este terruño vas a entender porque hay escritores que dicen que La Paz más que un lugar, es un estado mental.
En compañía de Travel Shop y el Fideicomiso de Turismo de Viva La Paz nos internamos en esta zona que está ávida de sabores de Baja Med, de hoteles con encanto único y un sinfín de actividades que prometen dejar sin aliento a los más exploradores o bien a aquellos que prefieren el wellness.
La Paz y la armonía se toman de la mano
El malecón de La Paz son tres kilómetros de aire puro y brisa marina que se convierten en una ventana para que tus ojos vislumbren el Mar de Cortés y esos atardeceres trigueños. Lo puedes caminar, recorrer en bici o hasta rentar un kayak para que tu tour sea vía marítima.
La cultura del lugar se hace presente con las decenas de esculturas que hay en toda su extensión y que han sido esculpidas por artistas mexicanos como Octavio González, Salvador Rocha y José Kuri Breña.
Este museo al aire libre evoca la vida marina y las tradiciones de la región, podrás ver vaquitas marinas, sirenas, almejas, delfines, rayas, pescadores y una de las esculturas predilectas “el viejo y el mar”, al igual que nosotros te recomendamos esperar el atardecer en este lugar y ver como el sol esconde sus rayos tras las olas, mientras este viejo marino parece despedirlo, ¡tendrás unas postales espectaculares!
El arte de La Paz no termina aquí, entre las callecitas del centro podrás ver coloridos murales urbanos que contrastan con edificios históricos como el Antiguo Palacio Municipal, el Teatro Juárez y la Misión de Nuestra Señora del Pilar.
Gustosa exaltación
Disfrutar de la escena culinaria de La Paz es posible en el centro de la ciudad y en todos sus alrededores, recordemos que el 80% de sus platillos son a base de marisco, así que espera un festín directito de sus costas, es por ello que desde hace una década se resalta la sazón Baja Med, que es la combinación de sus productos locales que recuerdan al mediterráneo.
El primer regalo para nuestro paladar fueron unos tacos paceños, ¡oh sí! con su pescado capeado, su tortilla de harina hecha a mano y las salsitas que le dan elegancia y potencia a cada sabor, pero hay que decir que tampoco dejamos pasar las tostadas de atún con mango y las quesadillas de marlín, aquí hasta los más exigentes dicen provecho al levantar su copa mientras cruje una langosta en la boca, ¡te lo advertimos los kilos extras no te van a importar!
En la busca de la imponente ballena
Ya es de todos conocido que la temporada de ballenas comienza en las primeras semanas de diciembre hasta finales de marzo, prolongándose en ocasiones a inicios de abril; durante la temporada puedes observar a la ballena azul, la jorobada o la gris, ya sea por las bahías que están en el Pacífico o en el Mar de Cortés.
A todos los puntos de encuentro puedes acceder desde La Paz, en nuestro caso tuvimos la oportunidad de tener un encuentro con la ballena gris en la Bahía Magdalena, partiendo desde Puerto Chale, en nuestro día de avistamiento partimos muy temprano de la capital, ya que es recomendable llegar al puerto a eso de las 9:00 horas y ser de los primeros en embarcar.
A nuestra llegada a Puerto Chale, pequeña comunidad de pescadores a la orilla de una estrecha laguna de mar, observamos gente como la de toda la Baja, amable y sencilla. Para acceder al muelle el capitán de la pequeña embarcación, limitada a cuatro pasajeros máximo por la contingencia sanitaria, nos indica abordar con nuestros chalecos salvavidas.
Es en ese momento cuando la emoción y expectación se desbordan, pelícanos y gaviotas sobrevuelan nuestras cabezas y nuestra mirada se divide entre los manglares por un lado y el mar del otro. El “capi” acelera y el viento invernal hace de las suyas, hace frío aun con el sol presente.
Por unos minutos nadie habla, sólo el sonido del motor, y el agua rompiendo en la lancha, no ha pasado mucho cuando vemos a la distancia algunas manchas oscuras emergiendo del agua, dudamos si son ballenas, lo confirmamos cuando pequeños arcoíris se forman y desaparecen a los segundos, el capi desacelera, nuestro encuentro con la ballena gris es inminente.
El silencio se rompe, José Ramón y Armando señalan: “ahí va una” y les siguen unas voces que parecen coro: “wow”. Tanta es la emoción que nuestras “armas fotográficas” no captan el testigo del primer avistamiento, ese se quedará en la memoria de cada uno. Las ves por un momento, se sumergen y se dejan ver de nuevo de a poco, algunas son más curiosas, se acercan y justo cuando parece que podemos tocarlas, se hunden ligeramente, lo suficiente para pasar por debajo de nosotros, ¡es increíble!
Algunas vienen acompañadas de sus ballenatos que son más curiosos, otras emergen con la cabeza en vertical como si estuvieran “paradas”, levantan una aleta, se giran y se “tumban boca arriba” como una mascota invitando a que le rasquen la panza.
Estar tan cerca te permite verla a los ojos, una sensación extraña que un gigante te mire con tanta amabilidad, por fin una de ellas se acerca tanto que se deja tocar por unos segundos, tienen una piel fina, suave pero muy fuerte, ¡es fantástico, hemos tenido el encuentro con el animal más grande del planeta!
La playita es para disfrutar
Una de las playas consentidas del destino, ¡y todo México! Es Playa Balandra, apenas comienzas a divisarla y es como si vieras una alberca gigante, tranquila y cristalina y de un azul turquesa que se difumina hasta quedar tan blanca como su arena. Puedes hacer senderismo y en la cima de la montaña desértica tendrás una vista limpia; también debes nadar alrededor de la famosa piedra “hongo”, hacer paddle board o remar en kayak.
El Tecolote es la última playa de la bahía, perfecta para largas caminatas mientras se observa al sol caer al mar, también hay opciones de deportes acuáticas y frente a ella se puede ver la Isla Espíritu Santo.
Modo ‘sport’ activado
La adrenalina se hace presente con actividades como el kitesurfing, windsurfing, sentir que el viento te eleva mientras estás en el agua es posible en las playas de La Ventana o El Sargento, incluso aquí hay escuelas para que te inicies en este deporte.
¿Quieres sumar esta emoción de volar, pero en tierra? El ecosistema único de La Paz permite que existan dunas de arena donde puedes practicar sandboarding, será cosa de que dejes el temor de lado, tomes la tabla y comiences a deslizarte. Uno de los lugares más famosos y cercanos a La Paz para hacer esta actividad son las Dunas El Mogote.
Vamos a pueblear
A poco menos de una hora de la capital sudcaliforniana está El Triunfo, este pueblo tuvo su apogeo minero en el siglo XIX debido a su riqueza en la extracción de metales preciosos como el oro y la plata, tenía un sistema de ferrocarril angosto, puentes, casonas y toda una arquitectura que reflejaba su abundancia, hoy sólo quedan vestigios, ¡silenciosos y majestuosos de apreciar!
También hay aspectos imperdibles culturales como el Centro Regional Interpretativo Ruta de Plata o el Museo de Música, así como visitar a “La Ramona” un chacuaco que permanece inerte al paso de los años.
¿Acaso dijeron lujo?
Acampar en Chilo Chill en Playa La Ventana, es todo menos incómodo, las casas de campaña pasan a un nuevo nivel con todas las amenidades que ofrecen, además de románticas fogatas por la noche que se combinan perfecto con el sonido de las olas y la intensidad de la bóveda celeste.
A rodearte de naturaleza
Además del avistamiento de ballenas, en las playas, islas y bahías que cobijan La Paz es posible realizar el nado con el tiburón ballena, ¡el pez más grande del mundo! o bien dejarte conquistar por la simpatía de los lobos marinos que son de lo más curiosos en tierra y agua.
Una vez que entres en el Mar de Cortés y sumerjas tus visores en el agua te vas a dar cuenta porque el explorador y biólogo Jacques-Yves Cousteau bautizó el lugar como “el acuario del mundo”.
¿Dónde hospedarse?
Hyatt Place La Paz | Km. 7.5 Pichilingue, Lomas de Palmira, La Paz.
The Marine Waterfront Hotel | Km 2.5 Pichilingue Fracc, Lomas de Palmira, La Paz.
City Express La Paz | Carretera Escénica, Paseo Álvaro Obregón Km. 2.5, La Paz.
Hotel Catedral La Paz | Independencia 411, Zona Central, La Paz.
¿Dónde comer?
Mariscos Los Claros | Luis Donaldo Colosio 898, La Paz.
Seaside | Carretera a Pichilingue KM 5 costado de Hotel La Concha, La Paz.
Sorstis | Constitución, Zona Comercial, 23000, La Paz.
Anzuelo Cocina del Mar | General Manuel Márquez de León 2415, La Paz.
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