Guanajuato de arriba abajo con Hoteles Misión
Para visitar Guanajuato no se requiere un festival, concierto o fecha específica, pues sus calles son un museo al aire libre los 365 días del año y están listas para recibirte, tal como lo hicieron con el FAM que Hoteles Misión organizó para descubrir esta ciudad colonial que guarda historia y leyendas en cada esquina y que además cuenta con el título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Toma nota de algunos rincones que debes recomendar a tus clientes la próxima vez que Guanajuato aparezca en su itinerario.
Callejones que toman vida
Después de instalarse en el Hotel Misión Guanajuato, a sólo 10 minutos del centro de la ciudad y cuyo hospedaje incluye transporte diario hacia éste, el grupo se preparó para conocer algunos de los puntos más icónicos de la que muchos consideran la Capital Cultural de México.
La primera recomendación está en el calzado; a Guanajuato se va con zapatos cómodos ya que sus callejones invitan a recorrerlos a pie y precisamente eso hizo el grupo de viajeros, ya que el anfitrión les tenía preparada una caminata acompañados de un guía certificado para relatar la historia y leyendas que cobija el lugar.
La primera parada fue una casa roja con la insignia “Museo Casa Diego Rivera”, ¡justo ahí nació el famoso muralista mexicano! El museo está abierto de martes a domingo y puedes observar cerca de 130 de sus obras.
En sus plazoletas, como la de San Fernando y San Roque, puedes reírte al presenciar una obra de teatro (de las que hay puestas en escena todo el año), conciertos o danzas.
La sensación de estar recorriendo un museo abierto continúa a cada momento, te lo recuerdan los cientos de esculturas y placas que indican el paso del ejército Insurgente, locaciones de películas como Santo contra las Momias de Guanajuato o lugares donde nacieron personalidades como Jorge Negrete (aprovecha para tomarte una foto con su estatua si eres fan).
Íconos del destino
Las ondulantes callejas de la ciudad te permiten postales de álbum; una parada obligada es la escalinata de la Universidad de Guanajuato, sube sus poco más de 80 escalones mientras escuchas la historia del lugar y aprecias su arquitectura.
Si eso te pareció poco reto, prepárate para subir al Monumento al Pípila, que se encuentra en uno de los puntos más altos del destino. ¡Respira!, hay un funicular que te evitará la fatiga y en menos de cinco minutos estarás en la cima para tener la mejor panorámica; te conviene sentarte a disfrutar unos minutos mientras compras una botana o bebida en las puestos que hay alrededor.
Al regreso haz un pequeño desvío al Teatro Juárez, considerado el segundo más bello del país; vale la pena observar cada detalle de su arquitectura ecléctica, por algo tardó 30 años en ser construido. Además de ser casa de conciertos y obras de talle internacional, puedes pasear por su interior en tour diarios.
Para cerrar de forma patriótica, la visita a la Alhóndiga de Granaditas no debe fallar; en sus paredes aún se observan los disparos y pedradas de la pelea que se vivió en 1810 y que simbolizan la primera victoria del ejército Insurgente. La entrada al museo es de martes a domingo.
Invita al romance
Con 3,200 callejones, en Guanajuato no puede faltar aquél que alude al amor; las parejas deben pasar por uno de los rincones más románticos de México, el Callejón del Beso, y darse el correspondiente “kiko” para obtener 15 años de abundancia amorosa.
Si se quiere seguir en tono romántico, hay que asistir a una callejoneada con una de las estudiantinas que esperan frente al Teatro Juárez; inician a partir de las 19:30 horas y la música en vivo y singular narrativa hacen que más de una dama salga con flores en mano.
¿Y para comer?
Las enchiladas mineras y las albóndigas de granaditas son dos platos que el paladar debe probar cuando se pisa Guanajuato.
Para añadir lo folclórico, surte la canasta de dulces típicos y recuerditos en una vuelta por el Mercado Municipal; y para la botana visita los puestos de guacamayas (el grupo buscó el de Ángel), tortas rellenas de chicharrón y bañadas en salsa mexicana.
Para dedicarle todo un fin
Si ya te encuentras en Guanajuato y quieres conocer más, en sus alrededores visita el templo y mina de La Valenciana, así como algún parador turístico como el de Sangre de Cristo, que tiene museos de catrinas, minas y momias viajeras.
La comunidad de Comanjilla, en Silao, es otra buena opción; aquí se ubica el Hotel Therms & Spa Misión Comanjilla, rodeado de aguas termales que se utilizan en sus albercas, spa, temazcal y hasta en las propias habitaciones.
En la propiedad podrías pasar días enteros; durante el día realizan actividades como senderismo a la montaña de piedras azules, clases de acua-yoga y sesiones de temazcal (que funciona con el propio vapor de las aguas, ¡una verdadera delicia!). Asimismo, todas sus instalaciones son aptas para toda la familia y hasta se hacen cargo del Parque Acuático Comanjilla, donde puedes disfrutar de toboganes, alberca de olas y más.