Carta Editorial 142
Los invito a hacer un ejercicio de creatividad: imaginemos que la industria del turismo es similar a un supermercado representando a cada país, donde sus destinos pudieran ser acomodados en estantes y pasillos (uno sería el pasillo de playa, otro el de aventura, uno más el de ciudades, alguno de gastronomía, y así sucesivamente). Si visualizamos una tienda con estas características, México sería una de las mejor surtidas del mundo entero porque nuestro país lo tiene todo, incluso espacio para una sección dedicada a los productos importados (aquí estaría nuestro turismo de exportación con destinos en el resto del mundo).
Ahora hay que pensar en el movimiento cotidiano de esta tienda, donde siempre aparecen productos novedosos que nos llaman la atención, pero no por eso deja de haber inventarios de esos clásicos que todos queremos llevarnos a casa. Y en esas épocas donde sentimos que se acerca la vacación, todos corremos a comprar nuestros viajes y volamos a la tienda a surtirnos; podremos encontrarnos con larguísimas filas de todos aquellos que pensaron lo mismo de nosotros, pero lo noble de esta industria es que por más compradores y filas que nos encontremos, los estantes siempre están llenos, y siempre habrá más y más clientes. Esto debe darnos aliento y motivarnos en primer lugar, porque nos demuestra que el sol sale para todos y nuestra industria tiene para rato.
En estos supermercados la vida ha evolucionado con los años y hoy los procesos no son iguales a como eran antes; esto no es algo negativo, ¡totalmente al contrario!, el avance de las tecnologías (monitores, checadores automáticos) ha ayudado a tener al alcance cada vez más productos y a venderlos de manera más rápida y eficiente; pensar en una agencia de viajes me lleva a lo mismo, tal vez hemos reducido las ventas directas al público, pero tenemos la oportunidad de aumentar los volúmenes de nuestras ventas si entramos de lleno al mundo electrónico; además la competencia nos ayudará a eso precisamente, a ser más competitivos, y a encontrar fórmulas de éxito en lo que aparentemente son ideas en contra de una agencia tradicional. Hay que adaptarnos para salir adelante, y ojo, no estoy diciendo que hay que estar ciegamente a favor de esos grandes emporios de los viajes, simplemente no hay que estar en contra pues podemos apoyarnos en sus inversiones millonarias que nosotros los chiquitos no podemos hacer, estos gigantes ayudan a llenar hoteles y conseguir mejores tarifas para que podamos vender en línea sin necesidad de una inversión que nos desbanque.
Y así como en la vida existen los supermercados donde encuentras todo a la mano, pero también es común que vayamos al tianguis o un mercadito orgánico cuando buscamos un ingrediente especial o difícil de encontrar, lo mismo pasa en nuestra industria, pues así como existen esas grandes cadenas hoteleras Todo Incluido donde los huéspedes pueden aislarse y disfrutar de lo que imaginen y deseen con tan sólo estirar la mano, también sabemos que hay destinos donde ésta no es una opción y los viajeros deben vivir las ciudades más de cerca, un tipo de viaje totalmente diferente pero igual de disfrutable. Para todos los gustos hay opciones y es importante conocerlas para poder elegir el producto que nos acomode más.
¿Por qué estoy hablando de todo esto? Porque tenemos en puerta dos grandes mercados para el turismo nacional: El Tianguis Turístico y ARLAG; hay que hacer la lista y ver qué nos falta en la despensa para irnos a surtir y ofrecer a nuestros clientes lo mejor.
Atentamente
Jesús Romero Palacios
Director General