Diego Luna, gerente de Ventas de Occidente y Bajío de México de Palace Resorts
“En Occidente y Bajío somos unas de las zonas más exigentes en las ventas y hotelería. Es zona donde hay dinamismo y gran competencia, donde tienes que hacer una labor más ardua para poder vender, eso es lo que me cautiva de mi trabajo”.
Ver a Diego Luna en una expo, seminario o preventa es saber que hay una sonrisa esperándote para platicarte y actualizarte sobre las propiedades de Palace Resorts.
Con siete años en la cadena hotelera, el actual gerente de Ventas de Occidente y Bajío de México tiene retos para su crecimiento profesional, pero sobre todo tiene retos como humano para crecer y seguir disfrutando de la vida.
Te invitamos a leer esta charla llena de relatos profesionales y personales.
El arte de las ventas
Algunos lo llaman destino, otros objetivos claros y tal vez para Diego Luna, ambos han sido factores determinantes para llegar a la gerencia de ventas de Palace Resorts.
Nos cuenta que desde que era adolescente sus cualidades de vendedor salían a flote y que incluso, su familia siempre le hacía bromas al respecto: “Mis hermanos me echaban mucha carrilla porque era de los que compraba ropa, luego ya no la quería y me deshacía de ella pronto, pero obviamente vendiéndola a quien se me pusiera enfrente”, cuenta con picardía.
Estudió la licenciatura en turismo y en su mente tenía en claro que quería pertenecer al mundo de la hotelería, sin embargo no tenía marcada el área determinada. Antes del llamado en el sector, nos relata que era vendedor de autos y llegó estar al frente en el área de alimentos y bebidas, pero como lo dijimos al principio: el destino iba a tocar a su puerta.
“Voy a cumplir 15 años en el medio. Comencé en Laoperadora.com en el área de grupos y convenciones, ahí solamente duré ocho meses, posteriormente me invitaron a formar parte del equipo del Cid Resorts donde permanecí siete años, y tras ese tiempo surgió la oportunidad de entrar a Palace Resorts donde ya tengo siete años laborando”.
Su faceta en Palace Resorts la vislumbra con un gran camino por delante. Nos cuenta que uno de sus objetivos a mediano plazo es lograr una dirección de ventas en la cadena hotelera, pues se siente orgulloso de estar en una empresa que se moldea para todos los sectores: bodas, familias, parejas y grupos; esto lo hace reinventarse cada día.
Su visiòn en acción
Estar en la hotelería le ha reafirmado la frase de “innovar o morir”, por eso no teme decir que la tecnología se ha adaptado en todos los aspectos laborales, y que el agente de viajes tiene una ardua tarea en sus capacitaciones online y de destinos.
Sin embargo, no duda en decirnos que el factor humano es la esencia del medio y es por ello que la calidez en un servicio es primordial: “La tecnología sí nos ha llegado a sustituir en parte, pero el ‘face to face’ es algo que en las ventas nunca se va a poder sustituir y menos en el segmento de grupos y convenciones, siempre vas a querer que alguien que te cotice, que te muestre el producto, que te muestre los salones y para eso nada como el trato humano”.
Presume propiedades de Palace
No hay propiedad del repertorio de Palace Resorts que considere favorita, pues para él todas tienen su encanto, sin embargo, invita a conocer una de sus recientes aperturas en Le Blanc Spa Resort Los Cabos.
“Le Blanc en Cabos es un encanto. Antes de que abriéramos esta propiedad yo no conocía el destino, y ahora que he ido para allá me ha gustado y ha ganado cada uno de sus paisajes. En específico la propiedad tiene en entorno, servicio y diseño que te hace desear permanecer por días y días; además los mariscos que se sirven son de una frescura notable”.
De las cosas que más disfruta de su trabajo es la convivencia con sus clientes y colegas, aspecto que le permite tener amistades en diversas partes de la República. Además, nos confiesa que otra de las cosas que le complacen de su labor es tomar la carretera, disfrutar de buena música y apreciar los atardeceres.
En busca del equilibrio
Todos los que están en el turismo saben la fina línea entre el éxito profesional y los sacrificios personales, para Diego Luna esta no es la excepción.
“Soy un apasionado del trabajo, sí, soy de los que de repente estoy 13 o 15 horas diarias trabajando. Si tengo que dejarle un espacio a mi vida personal, sobre todo lo familiar y es una tarea por hacer, el darme más tiempo para mí”.
Su equilibrio y pauta para saber que es momento de pensar en el hogar es su hijo, que con sólo nombrarlo hace que se le ilumine el rostro y que nos diga firmemente que tiene una gran tarea en mediar su trabajo y su familia.
“Me tardé mucho para ser papá, fue un niño muy deseado y sí me cambió la vida completamente. Soy muy feliz con él, lo disfruto en cada momento”.