Jorge Peralta, director de Ventas para Hotel Friendly Vallarta
“El turismo y la hotelería son una pasión que roba muchas horas; sin embargo, mi esposa y mis hijos son mi enfoque principal”. Jorge Peralta, Hotel Friendly Vallarta.
Hay personas que cuando conversan, lo hacen con palabras, manos y hasta miradas; así es la energía de Jorge Peralta, director de Ventas para Friendly Vallarta, quien no oculta en ningún momento su pasión por el sector hotelero.
Vallartense por convicción
Hace seis años, este capitalino tomó la decisión de mudarse a Vallarta para colaborar con Friendly, considera que es uno de los mejores aciertos de su vida, pues su crecimiento ha sido en todos los sentidos.
Con 22 años en el ramo hotelero y 10 promoviendo Puerto Vallarta, Jorge ha pasado por las diferentes facetas del turismo, desde la agencia de viajes hasta la cocina. “La hotelería es algo que yo decidí, ni recuerdo por qué ni en qué momento me empezó a llamar la atención el turismo, tal vez me nació al viajar. Mi idea inicial era ser guía, después agente de viajes, chef y terminé en los hotelería pero en el área comercial”, comparte. “Todo ese trayecto me ayuda en la actualidad, porque en el turismo hay que saber de alimentos y bebidas, geografía y más, ¿cómo vas a saber vender si no entiendes las necesidades del mercado?”.
Diferentes facetas
En Ciudad de México representó a diversas cadenas hoteleras; sin embargo, no podía dejar pasar la exclusividad con Friendly y al tomar la decisión, en una semana ya se había mudado al puerto jalisciense con todo y familia.
Al platicar sobre su experiencia como guía, agente de viajes y en la cocina, hace una gran pausa en ésta última, pues ahí radica uno de sus grandes hobbies (incluso llegó a representar a su universidad en concursos de cocina y no descarta en un futuro tener restaurante propio): “A mí la receta que me pongas la hago porque tengo la técnica; pero hay algo que es aún más importante, la pasión con que lo haces, creo que cocino bien en parte porque me sale de corazón”.
Como amante del buen comer, conoce todos los restaurantes del destino y puede recomendar platos que no deben faltar en cada visita, entre ellos el secreto culinario del puerto: los “Caldos de la tía”: “Están atrás del aeropuerto; es una enramada sencilla de mesas de plástico, pero todos los colegas que he llevado me piden regresar por un caldo de marlín casero”, sonríe.
Fan de Vallarta
A la obligada pregunta “entonces, ¿de dónde eres?”, no puede evitar una sonora carcajada y contesta: “Soy ‘chilango pata salada’, ya me siento casi casi más vallartense que los oriundos”. Incluso sus hijos, a pesar de haber nacido en CDMX, se dicen vallartenses y no logra despegarlos de las olas y la vida pacífica del puerto, amor que él comparte: “Me encanta la playa de Conchas Chinas, no me canso de tomar fotos ahí y siempre encuentro un ángulo diferente; además para mí el malecón de Vallarta es uno de los más bonitos de México, es un museo al aire libre y así sea verano me encanta ir a caminarlo”.
No quiere terminar la plática sin antes confirmar lo que muchos turisteros dicen que es el motor de sus vidas: “El equilibrio entre trabajo y familia es difícil, la hotelería es una pasión que roba muchas horas; sin embargo, mi esposa y mis hijos son el enfoque principal, todo lo que hago es por ellos”.