Carta Editorial 150
“La lluvia sigue cayendo”… empecé a tararear en la mente, y eso me llevó a pensar que a pesar de que los últimos días el clima no ha favorecido que podamos vivir la ciudad de manera tan cómoda como siempre, eso no es un factor para que los viajeros que buscan aprovechar los últimos días de las vacaciones veraniegas decidan no romper con la rutina, desconectarse aunque sea por un par de días y recargar la pila que después de más de medio año comienza a sentirse ya un poquito gastada. La ciudad se siente tranquila, menos congestionada (a pesar de las inundaciones) y hasta parecería que la lluvia llega a lavar algo del smog y los sentimientos medio grises que de repente rondan por allí, haciendo que todo se vea más verde y luminoso. Seguramente los principales destinos turísticos de México (y cada vez más algunos menos conocidos también) están a tope, y eso debe dar gusto a todos quienes durante las últimas semanas dejaron de ir a comer con la familia, dedicaron horas extra por las tardes e incluso los fines de semana para conseguirles a sus clientes las mejores vacaciones en la playa, el último lugar en ese crucero que tanto querían realizar, esa casa en la sierra o cualquier escapada que les pidieran, ¡muchas felicidades por un trabajo bien hecho!
Una y otra vez demostramos con nuestra labor que los mexicanos estamos muy lejos de encajar en ciertos estereotipos que ahora más que nunca se escuchan en otros países; mostramos con nuestro esfuerzo, amor por nuestro trabajo y ganas de ser cada día un poquito mejores que el anterior, que somos un pueblo que a donde llega aporta y suma. En los próximos meses seguiremos viendo cómo los medios noticiosos del mundo nos mencionan, ojalá que poco a poco las noticias vayan siendo mejores. Por lo pronto, ahora el mundo está fijando la mirada en lo que México puede ofrecerles: un clima delicioso a pesar de esta lluvia que sigue cayendo, una gastronomía que en ningún otro lugar podrán encontrar, lugares de postal o portada de revista, pero sobre todo siempre una mano que ayuda, una sonrisa a flor de labios, una palabra de bienvenida, un abrazo. Eso es lo que nos debe llenar el pecho de alegría y motivarnos a todos los días buscar dar lo mejor de nosotros. Que el mundo sepa que los mexicanos estamos hechos de tantas y tantas cosas buenas que nos identifican como pueblo, y que a pesar de los inconvenientes, de la inseguridad que a veces nos preocupa, de los detalles que no nos gustan, somos un país digno de ser considerado y visitado.