Andrés Martínez, gerente de Mercadotecnia, Interjet
Un poco de historia
“Adoro a mi familia, mis papás y mis tres hermanos son mi centro; me dieron todas las herramientas para la vida”, nos confiesa Andrés. Nos cuenta que el destino estuvo a punto de señalarle otra dirección: “Estudié Mercadotecnia en la Universidad La Salle, pero a mí lo que me gustaba era jugar futbol (risas), sólo que “lo mío, lo mío” era meter goles, no hacer caso a las estrategias y estilos de juego, sólo por eso no me hice profesional; me encaminé al turismo y los deportes siguen estando en mi vida, aunque como una pasión secundaria”.
Este guanajuatense ha tenido en pocos años la experiencia que muchos acumulan en toda una vida, pues este dinámico directivo ha probado muchas áreas del turismo. Al terminar su carrera con especialización en Marketing Turístico, Andrés enfiló hacia Playa del Carmen, donde vivió cuatro años, y después residió durante otros cuatro en Cancún.“Comencé como gerente de Promoción para el destino de Riviera Maya y me encargué de posicionar la marca en México, Latinoamérica, Europa y Asia; conocí lugares increíbles ¿y qué mejor que hacerlo dando a conocer un destino tan hermoso como éste? Fue una época muy bonita”, nos dice. De allí se mudó al ramo hotelero, donde estuvo como gerente de Mercadotecnia para Palace Resorts, y posteriormente para Hard Rock Hotels: “Me tocó posicionar una marca conocida en todo el mundo, pero ahora como franquicia hotelera, liderando la apertura de sus cuatro propiedades en Punta Cana, Vallarta, Cancún y Riviera Maya”, rememora.
Toda esta experiencia de ocho años y miles de kilómetros recorridos le valió que Interjet lo llamara, y desde octubre de 2014 se desempeña como el responsable de la publicidad y promoción de la aerolínea, activando campañas de Ventas y Branding que han sido reconocidas a nivel nacional e internacional.
Mente creativa
Para él, la clave de este éxito está en la creatividad: “En mi vida personal siempre me incliné hacia el arte; me encanta leer, pintar y dibujar, creo que mis cuadernos de la escuela tenían más dibujos que notas (risas), era mi forma de concentrarme y relajarme. Hoy estoy bien adaptado a las estructuras pero en mi tiempo libre me relajo y es donde fluyen más ideas todavía, cuando puedo estar con mi esposa en casa”.
La apariencia de hombre de fiesta que podría llegar a presentar a quien recién lo conoce dista de la persona que es en realidad: “Soy muy afortunado de haberme casado con mi esposa Paulina; sin lugar a dudas lo mejor que me ha pasado en la vida fue toparme con ella”.
Hace año y medio que viven en la capital del país y aunque admite que fue una experiencia retadora, a la distancia no lo cambiaría por nada: “El ritmo de vida y el tamaño de la ciudad te imponen mucho de inicio, pero una vez que le “encuentras el modo” aprendes a disfrutarlo y es un lugar que lo tiene todo: cultura, entretenimiento, gastronomía, ¡tengo que aceptar que cada día me gusta más! Además es una ciudad que incita a la creatividad y esto es la clave de mi carrera, de verdad en este momento de mi vida me encuentro donde quiero y no lo cambiaría por nada”.