Grandes cosas pasan en el FAM de Dallas-Fort Worth
Dice el dicho que una imagen vale más que mil palabras, y esto es más cierto que nunca cuando la imagen se trata de un viaje ya que las experiencias vividas se quedan grabadas para siempre en la memoria, mucho más que lo que cualquier persona pueda platicarnos sobre un destino.
Es por esto que para celebrar el vuelo inaugural Guadalajara-Dallas de Volaris, el aeropuerto Internacional de Dallas-Fort Worth (DFW) y el estado de Texas, representados en México por Sales Internacional, además de las oficinas de Turismo de Dallas y de Fort Worth nos dan una muestra de lo mucho que tienen para ofrecer.
Iniciamos con el tradicional “remojón” de la aeronave, tratando de adivinar con emoción y un poco de nervio qué les deparará a los pasajeros, a quienes acompañan personalidades importantes como Jorge Sales y Maricruz Godínez de Sales Internacional, Alejandro Lemus representando al aeropuerto DFW y José Luis Suárez, director de Servicio y Venta al Cliente de Volaris, así como Estela Martinez-Stuart e Irene Chase, Directora de Turismo y Coordinadora de Turismo y Marketing de la OCV de Fort Worth, ciudad contigua a Dallas donde pasamos la primera noche.
Expertas en el tema, Estela e Irene nos llevan de la mano por Fort Worth, un oasis verde en Texas con sus más de cuatro mil hectáreas de parques y la reserva natural urbana más grande de la Unión Americana. Allí se puede disfrutar de una deliciosa comida y caminar por su centro lleno de museos, jardines, parques como la hermosa plaza urbana de Water Gardens y el distrito de compras Sundance Square, que con sus antiguos edificios restaurados conviviendo con los rascacielos nos ofrece tienda tras tienda donde se puede comprar desde una postal hasta un bolso de diseñador. También rodeado de naturaleza, el zoológico de la ciudad fue fundado en 1909 y alberga a más de 5,000 animales de todo el mundo, incluyendo algunas especies nativas.
Sin duda Texas es el ejemplo ideal de lo que conocemos como el “Viejo Oeste” y Fort Worth no decepciona en ese aspecto ya que en el distrito histórico The Stockyards puedes presenciar cómo los vaqueros arrean reses de largos cuernos, o “Texas longhorn” a la mitad de la calle, dos veces al día. También aprendimos que los legendarios asaltabancos Bonnie y Clyde se hospedaron justo allí, en el Stockyards Hotel, en una suite donde aún hoy pueden observarse algunas de las pertenencias de la pareja. No puedes dejar la ciudad sin visitar los famosos salones de música country, como el Billy Bob’s Texas, donde los locales se divierten en bailes grupales al más puro estilo texano.
Por su parte, en Dallas se encuentra Erik Arellanos, gerente de ventas internacionales de la Oficina de Turismo de la ciudad quien nos invita a experimentar cómo vive, dónde compra y qué hace un texano, visitando desde los distritos más tradicionales y céntricos hasta los más trendy y de moda, siendo él mismo un ejemplo palpable de la personalidad de su ciudad.
Dallas es una ciudad con una vida cultural muy activa. El museo y biblioteca presidencial George W. Bush sorprende agradablemente pues no sólo tiene una completa colección de documentos históricos del periodo de este presidente, sino que también es hogar de un museo donde actualmente hay exhibiciones sobre la lucha del ex presidente para encontrar la cura contra el cáncer, además de la instalación “History in the Making”, que conmemora el centenario del liderazgo estatal en pro de la protección de los árboles, bosques y recursos naturales de Texas (ejemplo de esto es el hermoso jardín botánico de la ciudad). Sorpresa es también encontrar un paisaje que se nos antojaba más de otra icónica ciudad estadounidense gracias a su “cable car” (que en Dallas se llama “trolley”) recorriendo la avenida McKinney, y aprender que más que una atracción turística éste es un medio de transporte confiable y ecológico.
Por su parte, el museo Perot de Ciencias Naturales se auto-define como una “lección de ciencias viviente” con sus cinco pisos que contienen exhibiciones temporales (incluyendo una dedicada a Sherlock Holmes y muy próximamente, otra sobre National Geographic) y permanentes donde la tecnología 3D acompaña a los visitantes en un paseo lleno de juegos y actividades para que los niños de todas las edades aprendamos divirtiéndonos. También su Distrito de las Artes alberga joyas como el Museo de Arte de Dallas, el museo de esculturas de Nasher y el Centro de Artes Escénicas AT&T, el Teatro Wiley y la Sala Mayerson, por nombrar algunos.
La vida deportiva de Dallas es una muestra más de su importancia en la vida del sur de los EE.UU., ya que la ciudad es sede del equipo de Los Mavericks de la NBA, así como de los mundialmente famosos Vaqueros de la NFL, siendo su estadio AT&T uno de los más modernos, confortables y funcionales del mundo.
Durante estos días escuchamos una y otra vez el lema de Dallas: “Big things happen here” (Grandes cosas suceden aquí), y no podríamos estar más de acuerdo. Con su combinación de naturaleza y modernidad, la ciudad es un escenario donde grandes viajes e interacciones pueden tomar forma; nuestro grupo experimentó una convivencia súper agradable al conocer un poco de ésta, una gran ciudad del “ya no tan Viejo Oeste estadounidense”.