Mujeres al turismo
Celebrando el Día
Internacional de la Mujer
Luchadora, emprendedora, servicial, hospitalaria, incansable, guerrera, amiga, confidente, administradora, profesionista, consejera, esposa, hermana, hija, madre… esas y muchas palabras más quedan englobadas en dos simples sílabas: mujer.
Marzo es el mes de la mujer, y siendo la industria turística el sector donde más mujeres laboran a nivel mundial, no podíamos dejar pasar la fecha sin hacer un recuento de los logros alcanzados, así como de los retos que este sector, y todos en general, enfrentan en el tema de la equidad de género.
El Día Internacional de la Mujer
La primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora se llevó a cabo en Europa en marzo de 1911, y desde entonces se ha extendido a muchos países. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) comenzó a celebrar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, y a partir de 1977, su Asamblea General declaró ese día como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
En 2011, se celebró el Centenario de su conmemoración y comenzó a operar la entidad ONU Mujeres. Este 2015, el lema es “Empoderando a las Mujeres, Empoderando a la Humanidad: ¡Imagínalo!”, como un llamado a que todas las mujeres tomen sus propias decisiones, como su participación en la política, su educación y la capacidad para contar con sus propios medios para vivir, en una sociedad sin violencia ni discriminación.
La mujer en el turismo
El turismo es uno de los principales motores de crecimiento económico y estabilidad en muchos países del mundo, y su impacto en las relaciones de género es muy claro; la mano de obra del turismo se integra principalmente por mujeres, quienes realizan un volumen importante de trabajo en negocios familiares.
La Organización Mundial del Turismo cita en su tercer Objetivo del Desarrollo del Milenio “la promoción de la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer”. Dada la importancia y participación del sexo femenino en la industria, la OMT dedicó el Día Mundial del Turismo de 2007 a la cuestión de la mujer, y durante 2008 organizó un Foro sobre la Mujer en el Turismo, en la Feria de Turismo de Berlín.
En asociación con ONU Mujeres, la OMT desarrolló un Programa de Ética y Dimensión Social del Turismo, para que las cuestiones de género ocupen un lugar prioritario en el sector, donde se promueva la igualdad entre los géneros.
En 2011, se presentó el Informe Mundial sobre las Mujeres en el Turismo, en un intento de mostrar el panorama de la participación del sector turístico en todo el mundo; esta actividad puede actuar como vehículo de empoderamiento de la mujer en los terrenos político, social y económico, aunque existen todavía grandes retos para lograr la igualdad en su actividad.
Hoy en día, en los países en desarrollo todavía existe una brecha en los salarios de hombres y mujeres, como asegura el secretario general de la OMT, Taleb Rifai. Sin embargo, cada vez se observan más mujeres ministras, secretarias de estado o directoras de turismo en gobiernos regionales y nacionales alrededor del mundo. Existe un plan de acción de la OMT para potenciar la autonomía de la mujer mediante el turismo; además se realizan muchos congresos enfocados en temas de igualdad, responsabilidad social corporativa, discriminación, colaboración en la maternidad, vida privada y profesional y muchos más, en los que se refleja la necesidad de que las empresas e instituciones públicas apuesten por la creación de mejores ambientes y un reparto de los altos cargos sin distinción de género.
Cada vez más profesionales
Actualmente, el 60% de los universitarios con doble titulación en los países occidentales son mujeres, y ellas los superan a ellos en las Escuelas de turismo; sin embargo, todavía queda mucho por hacer para trasladar esto al ámbito laboral, donde la tasa de actividad de las mujeres es 11% menor que los hombres.
Afortunadamente, muchas empresas internacionales, y cada vez más entidades mexicanas, se hacen eco de la necesidad de flexibilizar sus horarios laborales y realizar procesos de promoción más objetivos y transparentes para que se acceda a los altos cargos con base en méritos y no en el género. Las mujeres tienden a ser más conservadoras cuando de tomar decisiones se trata, por lo que en épocas de crisis, sus empresas pueden ser más resistentes; además, tienen una gran capacidad de negociación y trabajo en equipo. El Caribe y Latinoamérica encabezan el cambio, con 60 y 55% de mujeres participando en la industria turística, respectivamente, con un 36% del total constituido por empresarias con un poder de decisión que crece día a día.
En efecto, falta mucho por hacer. Afortunadamente, vemos cada vez a más mujeres en puestos directivos; hoy por hoy comenzamos a apreciarlo, con mexicanas en puestos estratégicos para la industria turística, en presidencias de asociaciones como ARLAG, así como en las direcciones de hoteles y operadoras, y el hecho de que la Secretaria de Turismo de la República sea mujer habla de que ese famoso “techo de cristal” que impedía que las mujeres ocuparan cargos de importancia en ésta y cualquier otra industria poco a poco comienza a ceder y la mujer podría incorporarse rápidamente en estas altas esferas corporativas.
La mujer, y en especial la mexicana, es incansable, desea actuar por y para sí misma y demanda un trato más justo en su lugar de trabajo, en el hogar y en la sociedad. La industria turística tiene el potencial de ampliar los horizontes de las mujeres que trabajan en ella, creando un panorama más justo y equitativo donde el género no importe, sino la capacidad y el deseo de salir adelante y sobresalir en el mundo profesional.