De paseo por la Ciudad de la Bahía, San Francisco
San Francisco, la ciudad de calles empinadas, de los puentes y los muelles; la de la famosa cárcel en medio de una isla y de una de las comunidades más diversas de los EE.UU.; la de la bruma que ha inspirado frases como: “el invierno más frío de mi vida lo pasé un verano en San Francisco”; la de la bahía siempre fresca y verde, que permite que en sus valles cercanos se hayan establecido varios viñedos. La Ciudad de la Bahía, la de la Niebla, la Dorada… tantos apodos califican a esta bella urbe donde la vida moderna de una metrópoli toma de la mano a la naturaleza de sus alrededores.
Nada más llegar, se sabe que la visita será un tanto diferente a lo que uno ha conocido. Al bajar del vuelo 662 de Aeroméxico, nos encontramos con una brigada de perros identificados con un chaleco que dice “Acaríciame”, parte de un proyecto desarrollado por el Aeropuerto Internacional de San Francisco, nombrado en 2014 el “Mejor Aeropuerto” por los premios Travel Awards de la revista Outside, para lograr que los viajeros olviden el jet lag y disfruten su estancia.
San Francisco Travel nos proporcionó un CityPASS, con entradas a las atracciones más conocidas como el Acuario de la Bahía de Monterey, la Academia de Ciencias de California y el Exploratorium, así como un pase por 7 días para utilizar los mundialmente famosos cable cars.
Hay tantas cosas por hacer que no se sabe por dónde comenzar. Uno puede pasear por Chinatown, el barrio chino más grande de los EE.UU.; tomar un tour en un auto anfibio; visitar el museo de cera de Madame Tussauds; o pasar el día haciendo compras en los diversos centros comerciales de la ciudad, disfrutando por la noche de un espectáculo bizarro y único como es Beach Blanket Babylon, que el año pasado celebró el 40 aniversario de presentaciones ininterrumpidas.
La visita a la famosa isla de Alcatraz es obligatoria. Todos conocemos por lo menos de nombre esta antigua cárcel, cuyas frías celdas y solitarios pasillos alojaron a presos de la talla de Al Capone y Robert Stroud. Actualmente, sus paredes albergan exposiciones artísticas, como la que se encuentra instalada en lo que era su antiguo comedor; la instalación de Ai Weiwei, activista chino y crítico de su gobierno, muestra un mar de rostros de personas de todo el mundo que han sido encarceladas debido a sus convicciones, construidos a base de piezas de LEGO (al final del recorrido, uno puede escribir una postal a alguno de los presos que aun viven). El contaste entre la libertad que goza la ciudad y lo que representa la historia de este sitio hace que el visitante aprecie aún más el privilegio de poder cruzar su puerta al final del día.
En esta hermosa tierra, uno no se cansa de conocer y vivir momentos únicos, como caminar por las tranquilas calles de Petaluma, ciudad del condado de Sonoma, conociendo su historia y disfrutando el tiempo con calma. A menos de una hora del Golden Gate, nos adentramos en el valle de Sonoma; con sus más de 400 bodegas, una hermosa línea costera y algunas de las tierras más fértiles de su estado, este condado forma parte de la región de California conocida como el Wine Country (el país del vino). La mejor manera de visitar esta región es acompañados de uno de sus deliciosos productos. Ana Keller, la apasionada directora de la bodega Keller Estate, guió nuestros pasos a lo largo de sus maravillosas instalaciones, diseñadas por los famosos arquitectos Víctor y Ricardo Legorreta. Rodeados de obras de arte y hermosos viñedos, fuimos sorprendidos por la hermosa Sala de la Cueva, escondida tras la entrada principal de la cava, tras caminar por un misterioso pasillo abovedado. No menos sorprendentes son las experiencias vividas en la bodega Kendall-Jackson Wine Estate & Gardens, con las impresionantes vistas a sus más de 10,500 hectáreas de viñedos sembrados en las laderas de California, administrados con los más altos estándares de sustentabilidad en mente.
No sólo el vino se disfruta en San Francisco. En el corazón de la Pequeña Italia, el paladar se deleita con una tradicional comida siciliana en la Trattoria Pinocchio, que cuenta con un premio Q por su calidad auténticamente italiana. Si lo que se busca son mariscos, la opción es ir a Scoma’s¸ en el muelle 47, ganador en 2014 del Certificado de Excelencia de Trip Advisor. La ciudad es famosa por su crema de almejas y sus platillos de jaiba, pero existen restaurantes para todos los gustos.
San Francisco es muchas cosas: moderno, colorido, nostálgico, ecológico, amable… ya sea que se busque descanso, compras o exploración, todo se puede encontrar en esta maravillosa fábrica de nubes entre las que se puede vivir una hermosa experiencia.