Cumplió 20 años de éxito y los que le faltan EDENIA VIAJES LEONARWILL
Muy emotiva fue la cena de aniversario que realizó Viajes Leonarwill para festejar entre amigos, clientes y equipo profesional de la empresa los 20 años ininterrumpidos de éxito, de crecimiento y de desarrollo en el sector de los viajes.
Fueron Chely de la Mora de Pérez y Juan Pérez, director general de la empresa quienes personalmente recibieron a cada uno de los invitados. Una vez reunidos la mayoría, Juan pronunció las palabras de bienvenida y comenzó con un merecido reconocimiento a Ana María González Calderón quien colaboró en Edenia Viajes Leonarwill alrededor de diez años y quien estando en vida compartió con el equipo gratos recuerdos y vivencias; por tal motivo se proyectó un video con imágenes de ella.
“Deseo agradecer además de su compañía, todo el trabajo y esfuerzo que todos juntos hemos logrado, gracias a todos ustedes, sus empresas y su compromiso diario en relación al turismo. A través de estos 20 años que cumple la agencia y todos los anteriores que nos prepararon para esta gran aventura hemos vivido toda clase de experiencias maravillosas y en algunos otros casos situaciones no tan agradables, sin embargo hemos sorteado todas las adversidades y aquí seguimos firmes y mejor que nunca”, dijo Chely de la Mora de Pérez y agradeció incondicionalmente a su esposo y sus dos hijos, Leonor Arcelia y Guillermo, el apoyo y la confianza.
Fue proyectado un video en el que se apreciaron varias imágenes del recuerdo, mismas que mostraron los inicios de este feliz matrimonio y su trayectoria en el mundo de los viajes, así como el crecimiento de su agencia y de sus colaboradores, quienes entregaron un reconocimiento especial a esta querida pareja y que también los de mayor antigüedad recibieron otro por su dedicación y esfuerzo por parte de Edenia Viajes Leonarwill.
Por su parte Juan Pérez también agradeció el apoyo de todos, tanto clientes y amigos, pero sobre todo, a su esposa Chely por apoyar sus proyectos y seguir creyendo en él, agradeció a sus dos hijos toda su paciencia y amor, sobre todo, en esos días en que les hubiera gustado convivir más con ellos y que por cuestiones de trabajo no lo pudieron hacer.
Toda esta emotividad quedó sellada con un brindis para después dar paso a la cena y a la diversión con una noche donde la mayoría bailó y disfrutó durante toda la velada.